Con una población de casi nueve millones de habitantes, Israel es desde hace medio siglo una isla democrática en un entorno geopolítico gravemente inestable cuya mejora no parece avistarse ni a medio ni a largo plazo.
Por Yago González
No obstante, el Estado judío ha apostado por atraer inversiones de todo el mundo mediante un programa fiscal atractivo y un fuerte estímulo a la tecnología y el I+D. De hecho, es el país del mundo que más invierte en investigación (casi el 5% del PIB) y cuenta con una mano de obra muy cualificada, sobre todo en ingeniería. Además, en una de las naciones con mayor facilidad para disponer de capital riesgo e invertir en proyectos tecnológicos.
Las empresas residentes, constituidas o administradas en Israel tributan por sus ingresos a nivel mundial y sus ganancias de capital, mientras que las no residentes solo tributan por los ingresos originados en el país. Israel y España gozan desde 1999 de un acuerdo para evitar la doble tributación y prevenir la evasión fiscal. Si un inversor español desea establecerse físicamente en Israel, las fórmulas más empleadas son las de la sucursal, que no tiene entidad jurídica propia, y la entidad legal subsidiaria participada por capital extranjero (esto es, la filial), que se recomienda si se quiere obtener el beneficio de la limitación de responsabilidad. Ambas fórmulas están sujetas al pago de impuestos en el país por los beneficios que ahí generen. La única diferencia es que para las sucursales no existe retención fiscal sobre dichos beneficios, que pueden tributar en el país en la medida que sean atribuibles a la actividad de la sucursal, lo que, dada su falta de personalidad jurídica propia, puede resultar complicado cuantificar. Para la repatriación de beneficios de la filial israelí a la matriz española, el tratado de doble imposición establece una retención del 10%. En cualquier caso, todas las empresas tienen obligación de presentar cuentas auditadas en los cinco meses siguientes al cierre del año fiscal.
Las compañías extranjeras que quieran desarrollar su negocio en Israel deben inscribirse en el registro de sociedades, al que deben remitir su estatuto de asociación, incluyendo una traducción al hebreo, además de una lista de los gestores y demás información adicional.
Impuestos
El tipo general del Impuesto de Sociedades es del 24%. Existen, no obstante, tasas especiales para las compañías incluidas en el régimen de empresas preferentes, que fomenta las inversiones en I+D y nanotecnología. Dicha tasa es el de 7,5% para las empresas que operen en la llamada Zona A de Desarrollo (la zona de Cisjordania controlada por la Autoridad Palestina), y del 16% para las que operen en el resto del país.
Además, existen incentivos fiscales para la construcción de viviendas de alquiler, para las sociedades internacionales de comercio, con el fin de incentivar la inversión local y extranjera, así como para los fondos binacionales que sirvan a empresas conjuntas y programas industriales para el turismo y las energías renovables, entre otros. Asimismo, se pueden ofrecer ventajas para las grandes inversiones, donde es posible llegar a acuerdos puntuales en el caso de operaciones especialmente interesantes para el país.
Los hóldings israelíes que invierten en compañías extranjeras también gozan de un trato fiscal especial. Por ejemplo, los dividendos pagados por un hólding a un accionario no residente están sujetos a un tipo de retención reducido del 5%.
Israel es conocida como la start up nation. En los últimos años, las start up españolas se han ido acercando poco a poco al ecosistema israelí, acotado hasta hace muy poco tiempo a compañías locales. De momento, los desembarcos se están llevando a cabo para cortos períodos de tiempo y con el objetivo de acometer algún tipo de inmersión que les permita ser más internacionales.
Entre los obstáculos a invertir en el país destacan los altos costes productivos y laborales, así como los elevados precios de los alquileres y del suelo, que en un 90% es propiedad del Estado.
Oportunidades
- Bienes de consumo: las marcas españolas de moda, textil, perfumes y hábitat son referencia en el país.
- Industria: los sectores industriales españoles han sido tradicionales exportadores a Israel, desde vehículos y materiales de construcción, hasta farmaquímica y navegación aérea. Asimismo, en el país están al alza sectores de alto valor añadido como aeronáutica, electrónica, telecomunicaciones o biotecnología.
- Emprendimiento: el ámbito de emprendimiento e innovación israelí es el segundo mejor del mundo tras Silicon Valley en Estados Unidos. En 2017 se crearon más de 1.100 nuevas ‘start up’, 5.200 millones de dólares de inversión en ‘venture capital’ y 320 centros de I+D acumulados por las multinacionales.
- Ciencia: existe un gran ámbito para colaboración científica entre científicos, universidades e instituciones.
Fuente: Expansion
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