Ubicada a orillas del Mediterráneo, con 411.800 habitantes, se encuentra Tel Aviv, la capital económica de Israel. Allí está la sede de la Tel Aviv Stock Exchange y de numerosas oficinas corporativas y de centros de investigación y desarrollo, dando lugar a lo que popularmente se conoce como Silicon Wadi. Una especie de Silicon Valley pero ubicado en Israel.
Y es que Tel Aviv, es tras el centro tecnológico californiano, la ciudad del mundo con más startups y con más innovación. La cultura del emprendimiento en Israel es espectacular ya que el país hebreo tiene una startup por cada 2.000 habitantes, siendo la mayor concentración de innovación y de iniciativa empresarial del mundo. También tiene lugar la mayor inversión de capital riesgo del planeta, con 2.000 millones de euros para una población de poco más de 8 millones y medio de habitantes.
Entre los grandes éxitos empresariales de Silicon Wadi, se encuentra la aplicación de mapas, GPS, tráfico y navegación, Waze, vendida a Google por 1.000 millones de dólares. PrimeSense, adquirida por Apple por 345 millones de dólares; Trusteer, vendida a IBM por 1.000 millones de dólares o por ejemplo, Onavo, comprada por Facebook por 120 millones de dólares, representan el éxito innovador de Tel Aviv.
La comparación entre Silicon Valley y Silicon Wadi es cada vez más evidente. Se ha llegado a decir que ‘Tel Aviv es el Silicon Valley de Silicon Valley’ ya que la segunda ciudad israelí sirve cada vez más como ejemplo e inspiración a los grandes genios del valle de San Francisco.
No obstante, pese a las similitudes hay bastantes diferencias entre el modelo norteamericano y el israelí. En primer lugar, Silicon Valley construye su realidad tecnológica intentando atraer el mayor volumen de talento de todo el mundo. Esto provoca que todos los años numerosos emprendedores lleguen a la Bahía de San Francisco a montar su startup o a trabajar en alguno de los conglomerados allí presentes.
En Tel Aviv, por el contrario es muy difícil encontrar un emprendedor extranjero. La obsesión del gobierno israelí siempre ha sido conseguir que los ciudadanos de su país adquieran a través de la experiencia el talento necesario para poner en marcha empresas disruptivas, innovadoras y globales.
La estrategia de un país
Es una estrategia totalmente planificada y preparada ya que Israel es el país del mundo que más porcentaje de su Producto Interior Bruto (PIB) destina a I+D, con un 5%. El sistema educativo israelí presume de ser uno de los mejores del planeta, especialmente en la formación de ingenieros. Se estima que 140 de cada 10.000 ciudadanos israelíes se dedican a esta profesión.
Las startups de Silicon Valley siempre se han caracterizado por estar basadas en internet y redundar en beneficios para los usuarios. En Tel Aviv, en cambio se da un giro más científico y específico. Las empresas que se pueden encontrar en el Silicon Wadi pueden estar relacionadas con mejorar sistemas oncológicos, en asuntos relacionados con la bioquímica o en revolucionar el sector del geoposicionamiento.
El modelo israelí ha llamado la atención en todo el mundo y especialmente en España. Desde hace muchos años, muchas empresas de nuestro país, tanto públicas como privadas, viajan regularmente a Israel para interesarse por un modelo que ha situado a los israelíes como líderes mundiales en innovación tecnológica.
Lo cierto es que Israel siempre ha sido sinónimo de avances tecnológicos. Los ingenieros de Google Israel fueron los que crearon la función que predice las consultas de búsqueda en tiempo real. El chip de memoria reprogramable de Intel, fue obra de Dov Frohman. El Interferón, que se ha empleado en el tratamiento del cáncer y de la hepatitis C o el sistema que discierne si eres un delincuente potencial en Paypal o un comprador inofensivo en eBay, llamado Fraud Sciences, también fueron creados por israelíes. Fraud Sciences fue adquirida por PayPal por 169 millones de dólares y trabaja desde Tel Aviv.
La clave de este éxito también puede estar en la internacionalización. Cuando un emprendedor israelí crea un servicio lo hace en clave internacional, ya que el mercado local es muy pequeño. Las pymes son multinacionales desde el momento en que nacen y siempre tienen el foco puesto en los mercados estadounidense, europeo y asiático. Evidentemente, esto les da una ventaja competitiva.
Un elemento diferenciador que hace que los emprendedores israelíes tengan tanto éxito es que saben utilizar muy bien sus redes. Dicho de otra manera, que aciertan con el tiro. En Europa, en general, se pretende llegar a quien sea como sea. En Israel son mucho más estratégicos, tienen muy claro quién quieren que les abra la puerta o invierta en sus proyectos o bien en el crecimiento del negocio. Ellos saben desde el primer momento a qué persona quieren llegar y emplean sus redes de contactos para tocar la puerta adecuada.
Fuera de la zona de confort
Las startups israelíes salen muy pronto de su zona de confort, a diferencia de lo que hacen la mayoría de las multinacionales. Acostumbran a innovar en áreas disruptivas, en las que no entran muchas empresas grandes si no obtienen resultados a corto plazo. Para una empresa grande es más rentable que una pequeña arriesgue y después comprarla si resulta exitosa. La gran empresa va a hacer algo dentro del mismo sector menos disruptivo, porque siguen una estrategia que les viene marcada.
La mayoría de las startups israelíes son austeras, ya que los fundadores no cobran al tener propiedad sobre lo que crean. Esto atrae a los inversores y hace que con menos inversión lleguen más lejos. Aproximadamente tienen la mitad de coste que una startup española o del resto de la Unión Europea.
Las startups israelíes además, nacen pensando en venderse cuando adquieran un tamaño interesante. Se cree que una buena financiación de la innovación no funciona sin un esquema de salida claro.
El origen de este sistema está en un programa llamado Yozma, creado por el gobierno israelí hace un cuarto de siglo. Se crearon 24 incubadoras y el Gobierno impulsó la cofinanciación en startups junto a empresas de capital riesgo extranjeras y creó lo que se puede resumir como un fondo de fondos.
El hecho de que todo esté centralizado en Israel ayuda bastante. Las innovaciones se canalizan a través del Chief Scientist Officer, que sería haciendo el paralelismo con España, como si en un mismo organismo estuvieran juntos CSIC+CDTi+Enisa. En Tel Aviv se promueve un modelo semilla, que consiste en obtener la confianza de inversores locales y extranjeros en una fase semilla, donde el nivel de riesgo de que el proceso no acabe siendo exitoso es muy alto. De este modo es muy común ver incubadoras que cotizan en Bolsa, aceleradoras privadas y públicas que financian salidas y crecimientos de startups, así como una cofinanciación estatal del 85% en algunos proyectos.
Hoy en día podríamos destacar tres grandes startups que tienen su sede en Tel Aviv. Es el caso de Optimove, una plataforma de automatización para especialistas en marketing, fundada por Pini Yakuel; Roomer, un mercado virtual para reservas de hotel y Wix.com, una plataforma de desarrollo web basada en la nube.
Gon Ben David, CEO de Roomer, explica por qué en Tel Aviv se dan las condiciones perfectas para el desarrollo tecnológico. “La atmósfera es increíble: la energía creativa, la comunidad de colaboración y la sensación de que todos son tan apasionados y humanos es muy refrescante y agrega una capa muy especial para hacer negocios. Muchas personas consideran la dimensión personal como una razón para hacer o no hacer negocios con compañías específicas, y el hecho de que sea tan importante dice mucho sobre una manera que es única de hacer negocios en Tel Aviv”.
Por su parte, Nir Zohar, CEO y presidente de Wix.com destaca las bondades del ecosistema emprendedor israelí. “Se trata de fomentar el talento, la innovación y la amabilidad. La comunidad tecnológica de Tel Aviv opera en una esfera estrecha, y una vez que estás ahí, es probable que cruces caminos con compañeros empresarios una y otra vez. Debido a esta cercanía, pensamos en los competidores como colegas, y no tenemos miedo de resaltar públicamente sus alabanzas cuando lo merecen“.
No sólo Silicon Wadi
Tel Aviv ha ido de este modo ganándose un gran prestigio a nivel mundial en el campo tecnológico y en el de la innovación. Y es que la ciudad ha ido creciendo en los últimos tiempos convirtiéndose en uno de los referentes mundiales de diferentes sectores. En el arquitectónico, por ejemplo, cuenta con su ciudad blanca, de estilo Bauhaus, declarada Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO. Tel Aviv, comprende asimismo, la más alta concentración de edificios de movimiento moderno del planeta.
Una ciudad, en la que se ubica el principal aeropuerto internacional del país, el Ben Gurión y que ha sido famosa tradicionalmente por los éxitos de su equipo de baloncesto, el Maccabi de Tel Aviv, seis veces campeón de Europa. Hoy en día, mira hacia el futuro con un carácter cosmopolita y moderno, con playas, cafés, discotecas, tiendas de lujo y un estilo de vida moderno que hace que sea un popular destino turístico mundial, un lugar de peregrinaje en Oriente para las comunidades LGTBI así como un importante centro de artes escénicas.
Fuente: smallandsmart.es