La organización terrorista responsable de la masacre del 7 de octubre de 2023 en Israel, aún mantiene cierto poder dentro del territorio palestino, de acuerdo a una investigación del Financial Times
La ofensiva israelí en Gaza, que comenzó tras el ataque sorpresa de Hamas el 7 de octubre de 2023, ha dejado intensos bombardeos y operaciones terrestres por parte del Ejército de Israel, afirmando haber neutralizado 23 de las 24 unidades de combate de Hamas, lo que ha reducido al grupo terrorista -capaz de lanzar miles de cohetes a Tel Aviv– a pequeñas células guerrilleras que ahora operan de manera independiente.
Sin embargo, los restos de la infraestructura administrativa y social del grupo siguen desempeñando un papel en la vida diaria de los desplazados palestinos, de acuerdo a una investigación hecha por el diario inglés Financial Times.
A pesar del intenso asedio, Hamas sigue ejerciendo control mediante un gobierno informal que abarca desde la provisión de servicios sociales hasta la gestión del orden público. Ejemplos de esta autoridad residual incluyen la asignación de recursos en los campamentos y la imposición de medidas de seguridad, como se evidenció con las palizas a presuntos ladrones, grabadas y difundidas por medios vinculados a la organización. “Están tratando de gobernar las ruinas”, comentó Yusuf, reflejando la paradoja de un gobierno terrorista que continúa funcionando a pesar del colapso físico de la Franja de Gaza.
La resistencia de Hamas no se limita a la estructura militar. Como movimiento inspirado en los Hermanos Musulmanes, los yahadistas han estado profundamente arraigados en la sociedad palestina desde que desplazaron a Fatah del poder en 2007. A lo largo de los años, el grupo extremista ha establecido una red de ministerios y programas sociales que son difíciles de desmantelar, incluso después de ataques devastadores. Muchos de estos ministerios están encabezados por civiles con lazos políticos, no militares, lo que ha permitido a Hamas mantener su presencia administrativa.
Por otro lado, la situación humanitaria es alarmante. Las autoridades locales han informado que más de 43,000 palestinos han muerto y casi toda la población de Gaza, de unos 2.2 millones de personas, ha sido desplazada, creando un entorno de desesperación y crisis humanitaria en el que los recursos básicos escasean y las infraestructuras han sido arrasadas.
El jefe terrorista de Hamas y arquitecto de la masacre del 7 de octubre, Yahya Sinwar, jugó un papel central en las operaciones del grupo antes de su muerte en un enfrentamiento con tropas israelíes. Sinwar era conocido por sus discursos enardecidos y su capacidad de movilización. Su eliminación ha planteado un golpe simbólico, pero no ha destruido el movimiento. “Sinwar era poderoso, pero Hamas es más que un hombre”, explicó un oficial militar israelí.
En el ámbito internacional, Hamas sigue operando fuera de Gaza. Sus líderes y diplomáticos continúan activos en ciudades como Doha, Beirut e incluso mantienen contactos con los regímenes de Irán y China. La supervivencia de estas redes muestra la complejidad de erradicar a Hamas completamente. El grupo todavía posee recursos financieros significativos, incluidos fondos desviados de bancos palestinos y donaciones de simpatizantes extranjeros, que utiliza para financiar su insurgencia.
Para muchos israelíes, la prolongación del conflicto revela una amarga realidad. A pesar de las afirmaciones de haber infligido daños sin precedentes a Hamas, la amenaza persiste y las operaciones militares en Gaza, como las recientes ofensivas en Jabalia, podrían durar semanas o incluso más.
La transición de Hamas hacia un modelo de guerrilla, respaldado por su experiencia y preparación para una guerra prolongada, sugiere que el conflicto se extenderá más allá de lo que muchos esperaban, con implicaciones geopolíticas que continúan afectando tanto a Israel como a la región más amplia.
Benjamin Netanyahu ha rechazado propuestas de alto el fuego, advirtiendo que permitirían a Hamas retener el control administrativo de Gaza. Mientras tanto, el grupo se ha preparado para una insurgencia prolongada, con unidades de tres a cinco combatientes operando con armas ligeras y tácticas rápidas. Un combatiente de las Brigadas Qassam afirmó: “Proteger la patria puede significar muchas cosas. Hoy, significa humillar al enemigo con mil cortes profundos, ahuyentarlo de nuestra sagrada Palestina”.
A pesar de los intentos israelíes de desmantelar por completo a Hamas, analistas señalan que, incluso tras la muerte de jefes terroristas clave como Sinwar, el grupo mantiene su influencia y capacidad básica de combate. “Se les puede dañar, pero no se les puede hacer ondear una bandera blanca. Puedes aplastarles la cabeza, como hicimos con Sinwar, pero admitámoslo: en Gaza no nos estamos acercando al objetivo”, indicó el exoficial de inteligencia Michael Milshtein.
Fuente: Infobae
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