Según datos publicados recientemente, abril registró el menor número de ataques en Cisjordania en los últimos cinco años, con solo 46 incidentes, de los cuales tres fueron significativos.

Cisjordania ha presenciado una disminución sin precedentes de los ataques terroristas en los últimos meses, a medida que las fuerzas de seguridad israelíes intensifican las operaciones para desmantelar la infraestructura terrorista. La Operación Muro de Hierro del Comando Central, lanzada junto con importantes cambios políticos en el gobierno israelí, ha contribuido a una drástica reducción de la violencia en la región.
Según datos publicados recientemente por el sistema de seguridad israelí, abril de 2025 registró el menor número de ataques en Cisjordania de los últimos cinco años, con tan solo 46 incidentes, tres de ellos significativos: tiroteos, apuñalamientos o atentados con bombas. Esto supone un marcado descenso con respecto a 2023, cuando el promedio mensual fue de 214 ataques, alcanzando un máximo de 510 en octubre. El número de ataques mensuales se redujo a 115 en 2024 y a tan solo 57 en 2025. En comparación, el promedio mensual en 2020 fue de 74, y en 2021 y 2022, de 120 y 168, respectivamente.
La disminución de los ataques se atribuye en gran medida a una combinación de medidas de seguridad intensivas y cambios estructurales sobre el terreno. Desde principios de año, el servicio de seguridad israelí Shin Bet ha frustrado alrededor de 500 atentados planeados, incluyendo complots de alto perfil. Esta drástica disminución se atribuye a la Operación Muro de Hierro, centrada en neutralizar la infraestructura terrorista en los campos de refugiados palestinos, en particular en Yenín y Tulkarem.
La operación ha implicado iniciativas de ingeniería para remodelar estos campamentos, incluyendo la ampliación de carreteras, la división de los campamentos en «bloques» y la garantía de un acceso rápido para las fuerzas de seguridad. «El objetivo es transformar el campamento en una ciudad abierta donde cualquier punto sea fácilmente accesible», explicó una fuente de seguridad.
En un importante avance, la Administración Civil del Comando Central planea la demolición de alrededor de 100 estructuras en los campos de refugiados de Tulkarem y Noor al-Shams. El anuncio ha sembrado el pánico entre los residentes palestinos, y miles de ellos han huido de los campos con sus pertenencias. Esto forma parte de una estrategia más amplia para remodelar el entorno de los campos, facilitando la operación de las fuerzas israelíes en su interior.
Al mismo tiempo, las fuerzas israelíes participan en operaciones específicas para dar caza a terroristas que han huido a aldeas como Qabatiya. Estas operaciones, basadas en la información recopilada por el Shin Bet, han generado una sensación de persecución entre los terroristas. «Se esconden en cuevas, pero los alcanzamos», declaró una fuente militar. Como resultado, muchos campos de refugiados en Cisjordania están ahora relativamente vacíos, el apoyo a los grupos terroristas en las redes sociales está disminuyendo y la opinión pública palestina es cada vez más consciente del alto precio del terrorismo.
Las operaciones de seguridad se basan en información de inteligencia del Shin Bet y se centran en personas implicadas en atentados pasados o sospechosas de planear nuevos. Las fuerzas especiales llevan a cabo operaciones en colaboración con el Shin Bet y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) con el objetivo de desmantelar células terroristas.
Además de las acciones militares, las FDI se centran activamente en las redes financieras que apoyan el terrorismo. Desde el inicio de la guerra de las «Espadas de Hierro», las fuerzas israelíes han incautado 46 millones de shekels en financiación terrorista mediante operaciones como «Espadas de Oro» y «Guardianes de la Bahía». Tres importantes casas de cambio han sido cerradas y 23 sucursales han sido declaradas ilegales. Las autoridades también observan un aumento de los intentos de financiar el terrorismo mediante criptomonedas, aunque estos esfuerzos se han visto ampliamente frustrados. Asimismo, las rutas de contrabando de armas a lo largo de la frontera oriental están bajo estrecha vigilancia.
Las FDI también se centran en combatir la incitación a la violencia en las redes sociales. En una operación reciente, las fuerzas detuvieron a dos personas en Nablus y Tubas por incitar a la violencia a través de las redes sociales. Los funcionarios de seguridad advierten que la incitación constante de grupos como Hamás y la Jihad Islámica, así como de actores externos como Irán, podría inspirar a más atacantes solitarios o células terroristas locales en Cisjordania.
La inestable situación en Cisjordania sigue siendo difícil de predecir, y las autoridades advierten que los acontecimientos en otros lugares, como Gaza, Líbano, Siria y Yemen, podrían tener un efecto desestabilizador en la región. Además, los terroristas liberados en intercambios de prisioneros, en particular los enviados a Turquía, Líbano y Gaza, continúan dirigiendo ataques desde el extranjero, brindando apoyo financiero e ideológico a los grupos terroristas que operan en Cisjordania.
A pesar del éxito de las operaciones actuales, la situación sigue siendo frágil y se cierne la posibilidad de nuevas escaladas, especialmente ante la preocupación por posibles ataques similares a la masacre del 7 de octubre. En los últimos años, Cisjordania ha experimentado importantes cambios políticos y de seguridad, con medidas gubernamentales como la transferencia de poderes al ministro Bezalel Smotrich y la reorganización del ministro de Defensa, Yoav Gallant, que han contribuido a la evolución del panorama de seguridad.
Mientras las fuerzas israelíes continúan sus operaciones, el riesgo de nuevos actos de violencia sigue siendo alto y la situación de la seguridad en Cisjordania sigue siendo incierta.
Fuente: Ynet- Traducido por UnidosxIsrael
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