El rey marroquí revela la carta del primer ministro israelí
El rey marroquí Mohamed VI.EFE
Por Sal Emergui
Dos años y siete meses después de normalizar sus relaciones, Israel reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. Así lo anunció la Casa Real marroquí revelando la carta enviada al respecto por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Dos horas después del comunicado de Rabat llegó la confirmación oficial desde Jerusalén. «Este paso fortalecerá las relaciones entre los dos países y pueblos y la continuación de la cooperación para profundizar la paz y estabilidad en la región», afirmó el ministro de Exteriores, Eli Cohen, tras una decisión que puede conducir a las plenas relaciones diplomáticas entre ambos países.
De esta forma, Israel sigue el camino de EE.UU que en diciembre del 2020 sorprendió al mundo al reconocer la soberanía marroquí sobre la antigua colonia española. A cambio, Marruecos puso fin a 20 años de ruptura con el Estado judío sumándose a los Acuerdos de Abraham impulsados por el entonces presidente Donald Trump. «EE.UU cree que un Estado saharaui independiente no es una opción realista para resolver el conflicto y que una autonomía genuina bajo soberanía marroquí es la única solución viable», señaló Trump pidiendo negociaciones entre las partes sobre el territorio en disputa pero desmarcándose, como en muchos otros aspectos, de la posición tradicional exterior de su país.
En la misiva enviada al rey Mohamed VI y revelada por éste, Netanyahu reconoce «la soberanía de Marruecos sobre el territorio del Sáhara Occidental», en una nueva posición que «se reflejará en todos los actos y documentos pertinentes del Gobierno israelí» y será notificada a «Naciones Unidas, a las organizaciones regionales e internacionales de las que Israel es miembro así como a todos los países con los que Israel mantiene relaciones diplomáticas».
Desde la normalización de relaciones que llenaba de forma oficial el agujero creado por Rabat cuando las rompió con motivo de la Segunda Intifada palestina a principios de siglo, el reconocimiento de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental estaba en la agenda exterior del Gobierno de Netanyahu en su vuelta al poder hace casi siete meses. Rabat ejerció una enorme presión para que diese este paso. «Lo estamos estudiando», señalaron fuentes israelíes a EL MUNDO hace varios meses con la esperanza de que la medida lleve a Marruecos a elevar el rango de su legación diplomática en Tel Aviv y ordene la apertura de la embajada (de hecho era una condición marroquí para ello) y a invitar a Netanyahu a una visita oficial. Según el monarca marroquí, Israel se plantea «positivamente» la creación de un consulado en Dahla en el Sáhara Occidental como ya tienen otros 28 países, en su gran mayoría árabes y africanos, en esta localidad o en El Aaiún.
Unidos en una alianza estratégica, los dos países esperan estrechar aún más su conexión centrada sobre todo en el campo de la seguridad, turismo, agricultura y altas tecnologías. Desde la normalización de relaciones (diciembre 2020) y el acuerdo de Defensa (noviembre 2021) firmado en Rabat por el entonces ministro de Defensa, Benny Gantz y su homólogo marroquí Abdellatif Loudiyi en lo que fue el primer memorándum militar entre Israel y un país árabe, la industria armamentística israelí ha realizado numerosas y rentables visitas a Marruecos. La gran oferta de armas y tecnologías se encontró con la también gran demanda en un tablero de alianzas estratégicas. Más allá de la colaboración entre el Mosad y la monarquía marroquí que se remonta a los años 60, Israel está en el bando de Marruecos ante Argelia en el marco de la guerra con su gran enemigo, Irán. En el pasado, los dos países acusaron a Teherán de apoyar al Frente Polisario y a Argelia.
«Ciertamente Argelia no es amiga de Israel y está apoyada por Irán con armas y entrenamientos pero nosotros cooperamos con Marruecos para servir los intereses de los dos países y no para ir contra Argelia u otro país», nos contaba un oficial del Ejército israelí en Tel Aviv.
Marruecos suele recalcar que la relación renovada y ampliada con Israel, basada no solo en un encuentro de intereses y necesidades sino también en los lazos creados por la histórica comunidad judía en el país árabe, no altera su apoyo a la causa palestina y la creación de un Estado palestino al lado de Israel.
La ausencia de reconocimiento israelí de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental y la violencia inherente en el conflicto israelopalestino y agravada en el último año en Cisjordania han sido dos obstáculos en el camino hacia las plenas relaciones diplomáticas. Un reflejo de ello es la decisión de las autoridades marroquíes de aplazar la llamada «Cumbre del Neguev» que tenían previsto albergar con la participación de Israel y varios países árabes.
El anuncio marroquí llegó horas después de que el Ejército israelí nombrara por primera vez a un agregado militar en Rabat. Se trata del coronel Sharon Itach que es de origen marroquí como centenares de miles de judíos en Israel. Como por ejemplo el presidente del Parlamento Amir Ohana que en junio visitó Marruecos, donde nacieron sus padres, e insinuó lo que se ha confirmado este lunes sobre el territorio disputado. No fue el único dirigente israelí en hacerlo en los últimos dos años por lo que la medida no ha sido una gran sorpresa.
Hace unos meses, preguntamos al ministro de Exteriores israelí si España debía estar preocupada por la cooperación en seguridad y defensa con el país vecino. «Estamos contentos con nuestra relación con Marruecos pero no tiene nada que ver con las excelentes relaciones con España que mi visita busca reforzar», nos contestó Cohen antes de viajar a Madrid.
Según un alto funcionario del Gobierno marroquí citado por la agencia Reuters, la posición de Israel sobre el Sáhara Occidental fue «clara» y se suma-dice- al impulso a favor de Marruecos, después de que Washington y Madrid, además de otras capitales europeas, apoyaran su plan para el territorio.
Para el rey Mohamed VI, es un importante logro que se suma al reconocimiento estadounidense y al giro de la posición de España tomado por el presidente Pedro Sánchez y criticado por los saharauis.
Para Netanyahu, es menos relevante debido a la cantidad de frentes abiertos y más cercanos. Sobre todo porque desde hace varios meses afronta una crisis interna sin precedentes con masivas protestas en las calles contra el proyecto gubernamental de cambios en el estamento judicial y busca evitar que aumenten los daños económicos y las tensiones con el liderazgo de EE.UU que no oculta su descontento hacia el Gobierno israelí. De hecho, mientras desde Rabat salía la noticia, Netanyahu estaba concentrado en cada palabra y cada silencio de su primera conversación telefónica desde el mes de marzo con el presidente Joe Biden.
Fuente: ElMundo.es
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