Opinión: La influencia de Turquía es más amplia, ideológica y está interconectada con una lucha de poder regional más amplia; sus ambiciones y su apoyo a grupos islamistas como los Hermanos Musulmanes amenazan con desestabilizar el orden en Oriente Medio

Por Amine Ayoub, miembro del Foro de Oriente Medio, es analista de políticas y escritor
En los últimos años, Oriente Medio ha sido testigo de un cambio de alianzas geopolíticas, y Turquía ha emergido como una fuerza importante en la región. Si bien Irán ha sido considerado durante mucho tiempo el adversario más peligroso de Israel debido a sus ambiciones nucleares, su apoyo militar a grupos aliados y su retórica antiisraelí, un análisis más detallado revela que Turquía plantea una amenaza aún mayor para la seguridad de Israel.
Esta amenaza no sólo está condicionada por las ambiciones regionales de Turquía, sino también por su alineamiento ideológico con grupos como la Hermandad Musulmana, que desafía directamente la estabilidad de Israel.
Históricamente, Israel y Turquía han mantenido una relación pragmática, especialmente durante los años 1990 y principios de los años 2000, basada en preocupaciones mutuas de seguridad e intereses comunes. Sin embargo, esta alianza comenzó a deteriorarse bajo el liderazgo del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, cuya política exterior ha virado significativamente hacia una postura agresiva en Oriente Medio. La Turquía de Erdogan se ha posicionado cada vez más como un rival del orden regional existente, adoptando políticas que a menudo chocan con los intereses de Israel.
Uno de los factores más importantes que contribuyen a la amenaza potencial de Turquía a Israel son sus estrechos vínculos con la Hermandad Musulmana (HM), un movimiento islamista sunita fundado en Egipto en 1928. La Hermandad Musulmana aboga por el establecimiento de un califato islámico, basado en la interpretación de la ley islámica, y ha sido históricamente hostil a la existencia de Israel.
En el último decenio, Turquía, bajo el liderazgo de Erdogan, ha forjado una alianza con los Hermanos Musulmanes, ofreciendo apoyo político, militar y financiero al grupo y a sus afiliados en todo el mundo árabe. En países como Egipto, Libia y Siria, Turquía ha apoyado a facciones islamistas vinculadas a los Hermanos Musulmanes, una medida que socava directamente los intereses israelíes.
La ideología de la Hermandad se opone fundamentalmente al Estado judío, ya que considera a Israel un ocupante de tierras musulmanas y, desde siempre, ha pedido su destrucción. Si bien la amenaza de Irán a Israel es en gran medida militar y se centra en la cuestión nuclear, la conexión de Turquía con la Hermandad Musulmana representa un desafío ideológico más profundo. Esto es particularmente preocupante porque Turquía utiliza su influencia política y militar para difundir ideologías afiliadas a la Hermandad Musulmana en todo el mundo árabe, lo que podría desestabilizar aún más la región y crear entornos más hostiles para Israel.
Más allá del apoyo ideológico, la creciente presencia militar de Turquía en zonas de conflicto clave como Siria plantea una amenaza directa a la seguridad de Israel. La intervención de Erdogan en Siria, donde Turquía ha respaldado a grupos rebeldes, incluidos algunos con vínculos con facciones extremistas, ha tenido implicaciones significativas para Israel.
Aunque al principio la guerra civil siria parecía distante de los intereses israelíes, la creciente presencia de fuerzas respaldadas por Turquía en el norte de Siria, sumada a las reiteradas amenazas de Erdogan de atacar a las fuerzas kurdas (que son aliados clave de Occidente y Estados Unidos), ha creado un entorno volátil en la frontera noreste de Israel.
Israel ya está preocupado por el atrincheramiento militar iraní en Siria, donde Irán ha establecido bases y proporcionado armas a Hezbolá y otras milicias que plantean una amenaza directa. Sin embargo, el papel cada vez mayor de Turquía en Siria plantea un tipo diferente de desafío. Si bien las fuerzas iraníes son generalmente vistas como adversarias, las fuerzas turcas podrían ser vistas como una amenaza más impredecible, en particular dado su apoyo a las facciones islamistas sunitas y el potencial de que estos grupos se conviertan en representantes de los intereses turcos.
Si estas fuerzas, que pueden incluir grupos afiliados a la Hermandad Musulmana, ganan poder en Siria, podrían atacar los intereses israelíes, ya sea mediante una acción militar directa o alentando el sentimiento antiisraelí en la región.
Además, la presencia militar de Turquía en Libia, donde respalda al Gobierno de Unidad Nacional (GNA) en la actual guerra civil, ha suscitado inquietud en Israel. La posibilidad de que Turquía establezca una presencia militar permanente en el norte de África crearía un nuevo frente contra Israel, dada la proximidad del norte de África a Europa y las propias fronteras de Israel. Esto podría permitir a Turquía desestabilizar la región mediterránea en general, donde Israel tiene intereses económicos y militares críticos, incluida la exploración de gas y la seguridad marítima.
Dado el creciente papel de Turquía en Siria y sus estrechos vínculos con la Hermandad Musulmana, Israel enfrenta un desafío complejo en la región. Los fundamentos ideológicos de la política exterior de Turquía la convierten en un adversario potencialmente más peligroso que Irán. La amenaza iraní se centra principalmente en las armas nucleares y el apoyo militar a Hezbolá y otros grupos, pero la influencia de Turquía es más amplia, ideológica y está interconectada con luchas de poder regionales más amplias. Las ambiciones turcas en Oriente Medio, sumadas a su apoyo a grupos islamistas como los Hermanos Musulmanes, amenazan con reconfigurar el orden regional de maneras que socaven la seguridad de Israel.
Ante la creciente amenaza de Turquía, Israel debe reconsiderar su postura estratégica en la región. Si bien Irán sigue siendo un foco principal debido a su programa nuclear y su atrincheramiento militar, Israel también debe tener en cuenta el desafío ideológico que plantea el apoyo de Turquía a la Hermandad Musulmana. El fortalecimiento de las alianzas con las naciones árabes que se muestran cautelosas ante la expansión turca (como Egipto, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos) podría ayudar a contrarrestar la influencia regional de Turquía. Además, Israel debe seguir fortaleciendo sus capacidades militares, en particular en materia de defensa aérea y recopilación de inteligencia, para contrarrestar la creciente presencia militar de Turquía en Siria y Libia.
Israel también debe aumentar sus esfuerzos diplomáticos para exponer el papel desestabilizador de Turquía en la región, al tiempo que refuerza sus propias relaciones con los grupos kurdos y otras facciones no islamistas en Siria. De ese modo, Israel puede mantener una estrategia flexible e integral ante la amenaza multidimensional que plantea Turquía, asegurando su seguridad a largo plazo en un Oriente Medio cada vez más inestable.
Aunque Irán ha sido considerado durante mucho tiempo la mayor amenaza para Israel, el ascenso de Turquía como potencia regional con una estrecha conexión ideológica con la Hermandad Musulmana representa un desafío potencialmente más peligroso. Las intervenciones militares de Turquía, su apoyo a los grupos islamistas sunitas y sus ambiciones de recuperar la influencia de la era otomana la colocan en oposición directa a los intereses israelíes. Por ello, Israel debe adoptar una estrategia de múltiples frentes que aborde tanto los aspectos militares como los ideológicos de la amenaza turca. De ese modo, Israel puede salvaguardar su seguridad y navegar por la dinámica cada vez más compleja de Oriente Medio.
Fuente: Ynet- Traducido por UnidosxIsrael
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