Playas soleadas, mercados, fiestas y vestigios históricos en un viaje por la ciudad israelí que nunca duerme
Tel Aviv es un destino ideal tanto para un viaje tranquilo como para aquellos que les gusta el bullicio y la fiesta. No recuerdo cuántas veces viajé a Tel Aviv pero en cada una de ellas la ciudad me sorprende gratamente. Cada vez que la vuelvo a recorrer, siento como si en alguna otra vida hubiera disfrutado de este candor telavivense que tanto fascina a quien la visita.
Amos Oz, uno de los escritores más aclamados de Israel escribió:” ¡Tel Aviv era otra cosa! Toda la ciudad era un saltamontes, un constante fluir de personas, casas, plazas, brisa marina, arena, avenidas y hasta de nubes en el cielo. Había algo mágico, misterioso y especial en la palabra Telaviv”.
Moderna, sexy, ecléctica e internacional son algunos de los adjetivos que puedo elegir para describirla. La ciudad de las noches eternas y los cafecitos que tienen ese no sé qué. Los israelíes la llaman “el otro país”, tal vez porque la mayoría de la población se autodenomina laica, o porque tiene un aire muy distinto al resto, completamente opuesta a Jerusalén. Todo un enclave de Occidente en el medio de Oriente.
En las calles se observa el estilo Bauhaus, la arquitectura que se instaló en las primeras construcciones. Un grupo de arquitectos que escapó de la Alemania nazi se estableció en la ciudad y construyó edificios que se puedan adaptar tanto al desierto como al mar. Sus características son la simpleza, los colores claros, y los detalles únicos.
Además, Tel Aviv – aunque se escribe separado se pronuncia Telaviv– tiene un tamaño pequeño en comparación con otras ciudades europeas o americanas. Se puede recorrer a pie o en bicicleta sin ningún problema. La mayoría de sus habitantes viajan en bici – o últimamente en patinete eléctrico- que se alquilan por tres shekels -menos de un euro la hora- en las estaciones que están sobre la calle paralela a la playa (hay distintos puntos por todos los rincones).
Otra de las cosas que me fascinan de Tel Aviv es que muchas personas se visten de manera muy relajada, con ojotas (especie de sandalias) y ropa de playa. En general el ambiente es bastante informal y acogedor. Un dato importante para que tengáis en cuenta, es que los viernes cuando sale la primera estrella y entra sabbat, no hay transporte público en Israel, y en la mayor parte del país todo está cerrado. Pero en Tel Aviv la mayoría de los bares y restaurantes siguen abiertos, por algo se la conoce como “la ciudad que nunca duerme”.
El Shuk Hacarmel, un bazar gourmet
En el corazón de la ciudad se encuentra el Shuk Hacarmel, un mercado local que se ha convertido en la meca de la gastronomía callejera, con chefs de renombre que pujan por estar “allí”. Los vendedores ofrecen distintos productos locales como quesos, especias, zumos de frutas hechos al momento- tienes que probar el de granada, con lo mejor de esta fruta antioxidante por excelencia- y lugares de comida por doquier, y de todas las latitudes, al alcance de la mano. En los últimos años se ha convertido en un espacio gourmet en el que se ofrecen platos de todas las partes del mundo. ¡Para no dejar de probarlos uno por uno!
Alrededor de esta zona, en el barrio de los yemenitas llamado “Kerem Ha Teimanim”, abrieron un sinfín de restaurantes. Fue el área que concentró a esta población de inmigrantes provenientes de Yemen. En la actualidad, solo se puede acceder caminando. Allí venden todo tipo de cosas, y puedes degustar comidas típicas como un shawarma (carne de cordero asada), el hummus (pasta de garbanzo), el falafel (bolas fritas de harina de garbanzo) o sólo pasear para disfrutar de este barrio.
Najalat Binjamin, el mercado artesanal
Los martes y viernes puedes aprovechar para conocer la feria de artesanos de la calle Najalat Binjamin– a un paso del shuk-, donde venden algunas cosas únicas como las mezuzot hechos a mano. Todo hecho por artesanos de pura cepa, que tienen permiso para vender sus creaciones originales. La mezuzá es un pergamino sagrado para los judíos que se encuentra dentro de una cajita minúscula que se coloca en las puertas de las casas y que tiene versículos del antiguo testamento o Torá.
Playas para todos y todas
El mayor protagonista de Tel Aviv es el mar Mediterráneo, deslumbra pues se asienta de cara a la ciudad. Hay diversas playas para todos los gustos. El balneario Banana Beach congrega a los bohemios que se juntan allí a tocar música o bailar frente a la orilla. El balneario Jof Hadatiím reúne a los judíos ortodoxos, y al lado se encuentra Hilton Beach, la playa gay, verás que la ciudad es totalmente abierta a todas las tendencias sexuales.
Jaffo, el puerto más antiguo
La parte antigua e histórica de la ciudad se encuentra en Jaffo, que en hebreo significa “bella (iafá)”, y en español se conoce como Jaffa. En la entrada hay una torre de piedra con un reloj enorme, a unos minutos de la mezquita más importante de la localidad, Hassan Bek Mosque. La población es en su mayoría árabe. Se encuentra sobre una colina por lo que es visible desde la orilla del mar.
Aquí, la arquitectura antigua se mezcla con casas remodeladas de construcción moderna. Llena de pasadizos, calles y construcciones hechas de piedra nos recuerdan otros tiempos. Y en algunas de las callecitas se exhiben y venden productos de segunda mano como alfombras, vasijas, alhajas y muebles de anticuarios.
Además, posee uno de los puertos más antiguos del mundo, Jaffo estuvo habitada desde el año 7500 a.C. , su puerto natural se ha utilizado como tal desde al menos la edad del bronce: por ello está considerado uno de los puertos activos más antiguos del mundo. Recomiendo pasear en velero y después sentarse a comer el pescado recién salido del mar en algún restaurante del puerto, un verdadero placer para el paladar.
Sin olvidar visitar la panadería árabe Abulafia- la primera de Jaffo- seguramente te gustará el pan con zaatar, un condimento típico hecho a base de sésamo que se come en el Oriente Medio. Y también el restaurante lindero “Dr Shakshuka”, una delicia para quienes gusten de una buena salsa de tomate para hospedar unos huevos de novela. El ‘shakshuka’ es una comida típica que se sirve tanto para el desayuno como para el almuerzo.
Para continuar sería estupendo disfrutar del show del grupo Mayumana que tiene su sede en un teatro junto al puerto. Son famosos por crear música a partir de elementos de desecho. También hay un teatro independiente y un lugar especial para degustar vinos de categoría.
Ambiente internacional
La ciudad tiene un ambiente internacional, personas de todo el mundo vienen a establecerse para trabajar por unos meses o para vivir. Escucharás en las calles muchas lenguas diferentes como francés, árabe, inglés, ruso, etíope, español, entre otras. En esta parte de Israel, los árabes y judíos conviven en paz sin ningún problema.
Museo de Arte de Tel Aviv
Si eres de los que piensan que los museos son lugares aburridos, debes visitar el museo de Tel Aviv, ¡te divertirá por completo! Tiene muestras interactivas, exposiciones temporales en donde puedes participar y galerías de artistas internacionales de renombre. La visita te llevará un día entero, el espacio es enorme y hay infinidad de obras para observar.
“Hatajana”, la primera estación de ferrocarril
“Tajaná” es el nombre hebreo de la antigua estación de tren de Jaffa. que se encuentra en el barrio Nevé Tzedek . La estación fue la primera de Israel (entonces Palestina), en funcionamiento desde 1892 hasta 1948. La remodelaron y transformaron en una feria exclusiva en la que encontrarás diseño, productos de lujo y restaurantes orientados a personas que tienen los más altos estándares de vida.
Sarona Market
La parte más lujosa y con edificios modernos está alrededor del shopping Sarona. Todos los jueves, en los alrededores, se organizan festivales veganos o vegetarianos pues, en los últimos años, una gran cantidad de jóvenes de Tel Aviv han decidido tomar estos hábitos alimenticios. Y es un sitio con historia, donde hubo masones y templarios.
¿Cómo llegar a Tel Aviv?
Hay distintos vuelos de bajo coste desde Europa a Tel Aviv. Tienes que saber que cuando llegues al aeropuerto te harán todo tipo de preguntas, por lo que será mejor imprimir todos los datos de la reserva del hotel, así como el billete de ida y vuelta. No hay que tener miedo pero mejor no dudar frente al interrogatorio.
Por último, la ciudad es bastante tranquila y no hay ningún tipo de conflicto como en otras partes del país. Viaja y conoce este paraíso en Oriente Medio.
Fuente: LaVanguardia