Más de 2.000 judíos rezaron por la lluvia ayer en el Muro de las Lamentaciones en la Ciudad Vieja de Jerusalén, ante la llegada del cuarto invierno seco que tendrá Israel.
“Una oración puede ayudar”, afirmó en la radio pública el ministro de Agricultura, Uri Ariel, el organizador de esta ceremonia que se celebró en presencia de los dos grandes rabinos de Israel: David Lau para los askenazíes (judíos originarios de Europa del Este) y Yitzhak Yosef, para los sefardíes (judíos de Oriente).
El servicio meteorológico israelí informó recientemente que la región viviría de nuevo un invierno seco y estimó en un 65% los riesgos de precipitaciones en diciembre, enero y febrero, los meses supuestamente más lluviosos.
En marzo, el nivel del lago de Tiberíades, la principal reserva de agua dulce de Israel, alcanzó su nivel más bajo desde hace un siglo, según la Autoridad del Agua. Las tres cuartas partes de agua potable consumidas por los hogares israelíes provienen de plantas desalinizadoras, que fueron construidos a lo largo de la costa mediterránea.
Cuatro años de fuerte sequía han sobrecargado la inigualable variedad de plantas de tratamiento de desalinización y tratamiento de aguas residuales de Israel, lo que ha estrangulado a las regiones más fértiles y ha tomado por sorpresa al Gobierno y a los agricultores, los más perjudicados.
Fuente: ElUniverso