La UNESCO resolvió que la Tumba de los Patriarcas Abraham, Itzjak y Iakov, o sea el primer registro físico que perdura hasta hoy en día del origen del pueblo judío, no le pertenece a ese pueblo, sino que pasa a ser un sitio musulmán.
Tanto para los que creen en el origen divino de la Biblia como para los que no, ese lugar en el que Abraham el primer hebreo compra un terrenito en la ciudad de Hebrón para que descansen sus restos como los de su familia, es mencionado por primera vez en la Torá. No importa si el texto es sagrado o profano, sino que es el primero.
Ese sitio no solo hace referencia al origen del lugar, sino que es el primer registro de la presencia de los entonces hebreos en la región de Judea (Canaan en esos tiempos, y mucho después, ya en el 135 de la Era Común, para borrar relación del nombre con los judíos, los romanos la llamaron Palestina en honor a los filisteos que habían desaparecido 850 años antes con la conquista asiria).
Pero vino la UNESCO y dijo que no. Ese sitio ya no es judío, ahora es musulmán. ¿Qué es la UNESCO? Es una organización creada por las Naciones Unidas para “la Educación, la Ciencia y la Cultura”. Suena muy lindo, pero solo suena, mucho ruido y pocas nueces. Lo que pasa, es que la gente tiende a ver a la ONU, la UNESCO y otras organizaciones como cuerpos celestiales que toman imparten justicia. Una falacia total, ¿por qué? Porque por definición nunca pueden ser imparciales, porque están compuestas por las partes.
Es por eso que las resoluciones de estas organizaciones no son producto de investigaciones científicas con rigor académico, sino de votaciones de países interesados, para uno otro lado. Imagínense una especie de censo de hinchas, un River-Boca, un Real-Barcelona, en donde el que gana no es el que hace más goles, sino el que tiene más hinchas.
De paso, también declararon como musulmán a la tumba de la matriarca judía Rajel, en Belén. Dos por uno.
El pueblo judío, que trajo el monoteísmo al mundo, tiene su origen aproximadamente 2.000 años Antes de la Era Común. El Islam surgió recién en el 610 de la Era Común cuando Mahoma meditaba en las Hiras (cuevas) cerca de la Meca. Con el Islam, los musulmanes les dieron especial importancia también a los patriarcas hebreos. ¡Bienvenida la coincidencia! Pero eso no le da derecho a borrar la identidad del pueblo al que pertenece.
Desde la destrucción del Segundo Templo de Jerusalem en el año 70, durante largos períodos, a los judíos les fue prohibido visitar sus sitios sagrados. En cambio, desde que el Estado de Israel ganó la Guerra de los Seis Días en 1967, obteniendo territorios (ocupados, liberados o administrados de acuerdo a la ideología de cada lector), aseguró que todas las personas, sean de la religión que fuera, puedan acceder libremente a sus sitios sagrados. Por ejemplo, Maarat Hamajpeilá, tal como se denomina en hebreo a la tumba de los patriarcas, cuenta con sinagogas y una mezquita para que judíos y musulmanes puedan orar allí según sus propios credos. No se segrega, se incluye.
Tanto la ciudad de Hebrón, donde está la Tumba de los Patriarcas, como la de Belén, donde descansan los restos de la matriarca hebrea Rajel, fueron entregados por el Estado de Israel a la Autoridad Nacional Palestina, creada como producto de los acuerdos de Oslo. Estos acuerdos fueron parte de un proceso de paz (del cual es partidario quien escribe estas líneas) en donde se les entregaba por primera vez en la historia territorio a los palestinos para que se autoadministren. Si, se “entregaron”, no se “devolvieron”, porque esos territorios fueron cananeos, hebreos, judíos, egipcios, asirios, babilónicos, mamelucos, griegos, romanos, bizantinos, musulmanes, cruzados, otomanos, ingleses, jordanos, israelíes, pero nunca en la historia habían sido palestinos.
Lo que se esperaba de esos acuerdos, es que esa autoridad nacional derive en un Estado Palestino que sea un estado nacional y de todos sus ciudadanos. Pero no hubo ni chicha, ni limonada. En la última y reciente Asamblea General de las Naciones Unidas, Mahmud Abbas le firmó el certificado de defunción al acuerdo de Oslo, el único convenio unilateral que pudo encaminar un estado palestino viable. Y tampoco habría libertad de credo en él, porque esta islamización de sitios judíos, además de segregarlos, se burla de la historia, de la humanidad.
¿Cuáles fueron los países que recaracterizaron a estos sitios y continuaron desprestigiando a la UNESCO? Como el equilibrio no está en el centro, esta resolución fue votada seis países árabes como Argelia, Egipto, Kuwait, Marruecos, Túnez y los Emiratos Árabes Unidos, respaldando así la iniciativa de la Autoridad Palestina presentada ante el Consejo Ejecutivo.
Estén atentos a las propuestas que vienen, porque si consiguen los votos necesarios, en cualquier momento pueden resolver también que la Tierra es plana.
*Escrito por Alejandro Mellincovsky
Fuente: Medium.com