Entre febrero y abril las flores silvestres de Tierra Santa visten sus mejores galas, ofreciendo un espectáculo estimulante para la vista con su derroche de formas y color.
El desierto no tarda en agradecer la llegada de las lluvias. Apenas cae un poco de agua, empiezan a florecer plantas desde rincones insospechados, formando alfombras variadas que hacen agua la boca de cualquier fotógrafo cazador del color.
El clima mediterráneo de Israel se distingue por su largo verano, especialmente caliente y seco; y un breve invierno, lluvioso y fresco. Por tanto, la mayoría de las plantas se desarrollan y florecen en los meses invernales. Después de las primeras lluvias de otoño, las montañas y los valles de las partes septentrional y central del país se pintan de verde con la germinación de las plantas anuales y el rebrote de las bulbosas que se mantuvieron ocultas durante el verano. Algunas de estas plantas brotan en otoño, pero la mayoría se desarrolla durante los meses lluviosos y florecen a principios de la primavera.
Dada su diversidad climática, Israel goza de muchos hábitats, lo que nutre a más de 2.500 especies vegetales en tan reducido territorio. Este catálogo de flores silvestres israelíes es solo una minúscula muestra de su multiplicidad.
Salvia y Salvia Menorá
La salvia hace ondear sus flores violetas, entre marzo y abril, para atraer a los insectos polinizadores. Uno de sus tipos se asemeja curiosamente a la menorá. De hecho, la Embajada de Israel en Caracas, en un boletín de octubre de 1989, compartió el artículo “La menorá, emblema oficial del Estado de Israel”, acompañado por la siguiente descripción: “El emblema oficial del Estado de Israel es la menorá, el candelabro de siete brazos cuya forma, según se dice, proviene de una planta, que en la antigüedad se conocía bajo el nombre de moriá. Las ramas de oliva que rodean la menorá representan el anhelo del pueblo judío por la paz”. La moriá de la antigüedad es la salvia de hoy.
Azucena de mar y escila
Cuando el desierto del Néguev recibe lluvia suficiente, también se cubre de una sinfonía de colores y fragancias inolvidables. A lo largo de la costa y en los ecosistemas fluviales hay plantas que florecen en los meses de verano. La azucena de mar y la escila, con sus magníficas flores blancas que brotan de la tierra reseca los meses calurosos de verano, decoran el litoral y otras regiones, y marcan la proximidad de la nueva estación que empezará con las lluvias del otoño.
Anémonas
Las enormes extensiones cubiertas de miles de anémonas rojas o Anemone coronaria que, en las últimas décadas, se pueden contemplar en el Néguev septentrional, son un fenómeno singular. En la región norte, cerca de Megido, la combinación de anémonas de color azul violáceo y blanco atraen a multitud de aficionados a las plantas, además de enjambres de mariposas, abejas y otros insectos que se alimentan de las flores y las polinizan.
Flores para exportar
Tal como informa el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel en su website, “el sector floricultor produce una gran variedad de flores de alta calidad, así como un surtido de plantas aclimatadas al interior del hogar. Aunque las anémonas azules, rojas y violáceas florecen en invierno, y la primavera se anuncia con los narcisos, los iris y los guisantes de olor, las flores son cultivadas comercialmente a lo largo del año, muchas de ellas en invernaderos equipados con tecnologías computarizadas. Nuevas variedades de vívidos colores y mayor resistencia, desarrolladas por medio de intensivas investigaciones, aumentan constantemente el ramo floral del país”.
Almendros
La estación de las flores suele comenzar con la aparición de los botones de almendro o Amygdalus communis, que forman nubes de flores blancas y que empiezan a surgir alrededor del Día de los Árboles o Tu Bishvat.
Mostaza silvestre
En otras partes del país, las alfombras amarillas de mostaza silvestre, o Sinapsis alba, y crisantemos se mezclan con los macizos multicolores de muchas otras especies vegetales.
Lupinos azules
Los lupinos azules llenan de pinceladas las regiones montañosas de Galilea, el Carmelo y Judea.
Iris
Otras especies de flores silvestres solamente se pueden observar en puntos concretos, como las de iris, dispersos en distintas ubicaciones desde los Altos del Golán hasta el Néguev septentrional.
Azucena y ciclamen
La azucena florece los primeros días de mayo específicamente en el Carmelo y en la Galilea occidental, mientras que narcisos y ciclamen brotan de los bulbos y tubérculos y crean alfombras de bellos colores que cubren diversas praderas y bosques.
Flores en el desierto
El Parque Yarkon es el más grande de Tel Aviv, con unos dieciséis millones de visitas al año, e incluye grandes extensiones de césped, instalaciones deportivas, un aviario, un parque acuático, dos salas de conciertos al aire libre, lagos y jardines botánicos que se colman de flores. Si se piensa que todo este terreno eran solo dunas hace pocas décadas (se inauguró en 1973), impacta ver las fotos desbordantes de vida vegetal.
Fuente: Nuevo Mundo Israelita