Qué hacer en tres días en la capital de Israel
Situada en los montes de Judea, entre el mar Mediterráneo y la ribera norte del mar Muerto, Jerusalén es una de las ciudades más antiguas y peculiares del mundo. Considerada sagrada por tres de las mayores religiones del mundo, el judaísmo, el cristianismo y el islam, la Historia y la espiritualidad que laten bajo sus adoquines dejan huella incluso en aquellos que no creen en ninguna de ellas.
Para el judaísmo, en Jerusalén fue donde el Rey David estableció la capital del Reino de Israel y donde su hijo Salomón construyó el Templo, hacia donde deben dirigirse las plegarias. Para el cristianismo, el lugar en el que predicó, fue crucificado y resucitó Jesús. El islam, por su parte, la considera su tercera ciudad sagrada, donde Saladino sitúa la ascensión a los cielos del profeta Mahoma y el lugar al que miraban los primeros musulmanes durante el rezo, antes de hacerlo de cara a La Meca.
Jerusalén es la única ciudad del mundo en la que uno puede situarse a escasos metros de tres de los lugares más sagrados del mundo para diferentes confesiones: el Muro de las Lamentaciones, el Santo Sepulcro y la Cúpula de la Roca. Y ese es, precisamente, su mayor atractivo: la carga espiritual, los rezos y las plegarias que miles de fieles del cristianismo, el judaísmo y el islam han llevado hasta allí. Cada adoquín, cada muro, cada esquina de la Ciudad Vieja, el epicentro de Jerusalén, respira Historia y fe.
Dividida tradicionalmente en cuatro barrios, la Ciudad Vieja de Jerusalén alberga el Barrio Judío, el Barrio Musulmán, el Barrio Cristiano y el Barrio Armenio y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1981. Las posibilidades para recorrerla son infinitas y dependen del interés del viajero, que en Jerusalén ha de abandonar su condición de turista y su manía de compartirlo todo en redes para adentrarse con los cinco sentidos en la complejidad, tanto urbanística como religiosa de la ciudad.
Así, si el tiempo de estancia en la ciudad es reducido, es imprescindible relajarse y no querer abarcarlo todo: la Ciudad Vieja es solo una pequeña (aunque imprescindible) parte de una ciudad que crece vertiginosamente y que no solo ofrece un turismo basado en los lugares santos. Sin embargo, recorrerlos es para casi todos los que se interesan en la ciudad, imprescindibles: el Muro de las Lamentaciones, el Monte del Templo, la Iglesia del Santo Sepulcro, la Torre de David, la Cúpula de la Roca, el Monte de los Olivos, la Cúpula de la Roca, el Monte Sión…
Pero, dejando a un lado el mapa y los lugares de visita obligada, perderse por las intrincadas callejuelas y pararse a observar los detalles y a reflexionar sobre la convivencia de sus habitantes quizá sea el auténtico tesoro de Jerusalén.
DIRECCIONES DE INTERÉS
Para dormir…
Hotel Boutique Harmony, un coqueto hotel situado en el barrio de Nahalat Shiva, plagado de restaurantes en los que reponer fuerza tras patear la ciudad. Yo’el Moshe Salomon St, 6.
Para comer…
The Eucalyptus, para aquellos que quieran degustar la gastronomía israelí en su versión más sofisticada muy cerca de la Puerta de Jaffa. Rehov Khativat Yerushalayim, 14
Hummus Ben Sira, para muchos, sirve el hummus más delicioso de la ciudad a pesasr de ser un restaurante barato y de comida rápida. Una opción ideal para una rápida parada en boxes… y para saborear una pita caliente con una de las muchas variedades de puré de garbanzos de la que disponen. Ben Sira, 3.
American Colony Hotel Arabesque dispone de una terraza espectacular para cenar o tomar una copa tras degustar delicias mediterráneas y de Oriente Medio. Nablus Road, 1.
Fuente: Telva Via FuenteLatina