El SESAME ha sido inaugurado en Jordania gracias a la colaboración de gobiernos como los de Turquía y Chipre, Israel e Irán
«Sesame» podría ser sólo uno más de los cerca de 60 aceleradores de partículas repartidos por todo el mundo y, sin embargo, es único: se trata del primero construido en Oriente Medio, y los científicos que participan mano a mano en el proyecto pertenecen a países rivales en el convulso tablero geopolítico de la región. El camino para este raro escape de colaboración en aras de la ciencia entre gobiernos como Turquía y Chipre, Israel e Irán no ha sido fácil, pero tras más de 13 años de retrasos, problemas de financiación y tensiones entre gobiernos que hicieron temer su viabilidad, el SESAME ha sido finalmente inaugurado este martes en Jordania.
Las siglas en inglés del acelerador de electrones “luz de Sincrotrón para Ciencia Experimental y Aplicaciones en Oriente Medio” (SESAME) recuerdan a la conocida línea de Alí Babá y los cuarenta ladrones “¡Ábrete sésamo!”, una pequeña broma que según los científicos e ingenieros implicados en el proyecto hace referencia a “una puerta que se abre a la colaboración científica en la región”. “Ayudará a crear un ambiente positivo para la interacción de los científicos en la región en aras de la construcción y la rehabilitación, en lugar de la guerra y la destrucción”, señala el director del Sesame y de la Comisión de Energía Atómica de Jordania, Khaled Tokan.
Este sofisticado aparato, que actúa como una suerte de poderoso microscopio de luz, ha necesitado una inversión de más de 110 millones de dólares que no fue asegurada hasta finales de 2014. En un área envuelta desde hace décadas en numerosos conflictos, la ciencia no había sido hasta ahora una prioridad para los Gobiernos, cuyos presupuestos suelen dedicar en cambio grandes montos a Defensa y compra de armamento. El final de las sanciones económicas estadounidenses contra Irán permitió a este país pagar su parte, que había estado en riesgo ante la grave crisis económica persa. El proyecto cuenta con el apoyo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y de la UNESCO.
Mediante un anillo de imanes en el que se almacenan los electrones para luego “acelerarlos”, el sincrotrón generará intensos haces de luz que ofrecen una increíblemente detallada vista de los elementos a analizar, lo que tendrá aplicaciones en campos tan variados como la medicina, la farmacia o la agricultura. Además del hito científico, Tokan destaca el político: en las instalaciones del SESAME los pasaportes no importan para la colaboración. Palestinos e iraníes compartirán investigaciones con israelíes, país con el que el Gobierno persa no tiene relaciones diplomáticas, un caso similar a turcos y chipriotas, enemigos declarados.
Frente a otros aceleradores sincrontrón, el SESAME es muy pequeño: en forma de anillo, su circunferencia es de 133 metros. El Gran colisionador de hadrones Europeo, construido en la frontera franco-suiza en medio de la polémica mide en cambio 27 kilómetros de circunferencia. Sesame, que ha sido inaugurado este martes y que pronto comenzará a funcionar, ha sido levantado cerca de la ciudad de Salt, a unos 30 kilómetros de la capital Ammán, una blanca construcción entre los típicos campos de olivos de la campiña jordana.
Con apoyo e inicial supervisión de científicos europeos, japoneses o estadounidenses, el grueso del SESAME proviene en su mayoría de países de la región como Egipto, Jordania, Pakistán, Israel, Irán, Baréin, Chipre y Palestina; un reto ante la mezcla de culturas y políticas, admite a la BBC la científica egipcia Gihan Kamel, que se ha unido al proyecto tras varios años trabajando en el extranjero. “Estamos dando esperanza para otros, los de las siguientes generaciones”, señala Kamel. Quizá, con este nuevo centro de investigación puntero, los países de la región conseguirán impedir la creciente “fuga de cerebros” de jóvenes científicos e ingenieros, esperan desde Sesame. «El SESAME abrirá una amplia ventana para que los científicos de nuestra región se unan a sus colegas en otras partes del mundo para lograr una transición cualitativa de la investigación científica en Oriente Medio», concluye Tokan.
Fuente: Abc.es