Los resultados de pruebas científicas revelados a National Geographic parecen confirmar que los restos de una cueva de piedra caliza dentro de la iglesia son restos de la tumba localizada por los antiguos romanos.
A lo largo de los siglos, la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén ha sido objeto de ataques violentos, incendios y terremotos. Quedó totalmente destruida en el año 1009 y se reconstruyó posteriormente, lo que ha llevado a los académicos modernos a cuestionar si realmente se trata del lugar identificado como la sepultura de Jesucristo por una delegación enviada desde Roma hace unos 17 siglos.
Ahora, los resultados de pruebas científicas revelados a National Geographic parecen confirmar que los restos de una cueva de piedra caliza dentro de la iglesia son restos de la tumba localizada por los antiguos romanos.
Las muestras de mortero tomadas de entre la superficie caliza original de la tumba y la losa de mármol que la cubre datan de en torno al año 345 d.C. Según los relatos históricos, la tumba fue descubierta por los romanos y consagrada en torno al año 326 d.C. Hasta ahora, las pruebas arquitectónicas más antiguas descubiertas dentro y alrededor del recinto del sepulcro databan de la época de las cruzadas, por lo que se creía que tenía 1.000 años.
Aunque es arqueológicamente imposible afirmar que la tumba fue el lugar de reposo de un judío conocido como Jesús de Nazaret, quien según el Nuevo Testamento fue crucificado en Jerusalén en el año 30 o 33 D.C., los nuevos resultados de datación indican con seguridad que la construcción original del recinto de la tumba actual tuvo lugar en la época de Constantino, el primer emperador romano cristiano.
Cuando los representantes de Constantino llegaron a Jerusalén en torno al año 325 d.C. para localizar la tumba, supuestamente les indicaron un templo romano construido unos 200 años antes. El templo romano quedó arrasado y las excavaciones bajo su estructura revelaron una tumba excavada en una cueva de piedra caliza. La parte superior de la cueva se retiró para dejar al descubierto el interior de la tumba y a su alrededor se construyó el Edículo.
Una característica de la tumba es una especie de repisa larga o lecho funerario que, según la tradición, habría sido el lugar donde se colocó el cuerpo de Jesucristo tras su crucifixión. Los estantes y los nichos como estos, tallados en cuevas de piedra caliza, son un rasgo habitual en tumbas pertenecientes a judíos ricos de la Jerusalén del siglo I.
Se cree que el revestimiento de mármol que recubre el «lecho funerario» se instaló en 1555, como muy tarde, y que probablemente estuvo presente desde mediados del siglo XIV, según los relatos de los peregrinos.
La historia completa se verá el 17 de diciembre.
El canal National Geographic estrena el programa ‘Explorer: la iglesia
del Santo Sepulcro’, el domingo 17 de diciembre a las 8:30 p.m.
La tumba
La tumba se abrió por primera vez en siglos en octubre de 2016, cuando un equipo interdisciplinario de la Universidad Politécnica Nacional de Atenas llevó a cabo importantes trabajos de restauración en el templo que contiene la tumba, conocida como el Edículo.
Fue entonces cuando se tomaron diversas muestras del mortero de diferentes lugares del Edículo para su datación y recientemente la supervisora científica principal Antonia Moropoulou, que dirigió el proyecto de restauración del Edículo, envió los resultados del análisis a National Geographic.
Fuente: ElPais.co