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Disfrutando la vida en las alturas, un paseo por las azoteas de Tel Aviv – Fotogalería
En la apretada y acelerada ciudad de Israel, los tejados se han transformado en retiros con prósperos jardines al aire libre, restaurantes, estudios de arte y música e incluso casas de huéspedes
El músico Iyar Semel, de 38 años, toca el laúd en su azotea, que utiliza también como huerto junto con sus dos compañeros de piso. REUTERS
Doron Turgeman (i), 35, y Michael Alimelech (d), 26, entrenan en la azotea de su edificio donde también dan cursos de Krav Magá, una técnica de autodefensa israelí, en la ciudad de Guivataim, al este de Tel Aviv. STRINGER REUTERS
Ana Ashury, una artista multimedia, almacena su trabajo en su azotea en Ramat Gan, cerca de Tel Aviv. Aunque Ana trabaja sobre todo con vídeo ha empezado a utilizar el espacio de su azotea para la creación de collages. STRINGER REUTERS
Un grupo de gente charla en una azotea del Hotel Brown, que utiliza este espacio como bar por las tardes. STRINGER REUTERS
Una clase de yoga en la azotea de un edificio municipal en Tel Aviv. STRINGER REUTERS
Hana Wimberly (izquierda), de 26 años, y Emanuel Cohen (d), de 36, pasan sus tardes juntos en el tejado de su edificio en Tel Aviv. Hana ha transformado este espacio en su paraíso al aire libre con unas sillas, un sofá y una mesa de madera. «Por encima de todo, este es para mí un lugar donde sentirme conectada a la ciudad», dice. STRINGER REUTERS
Un hombre sentado en un sillón en su terraza, que comparte con otros inquilinos, en Tel Aviv. STRINGER REUTERS
Moni Chorev (izquierda), de 60 años, y Gilly Chorev (d), de 59, en la azotea que Gilly planificó con un diseñador paisajístico. STRINGER REUTERS
Una piscina en lo alto del centro comercial Azrieli, en Tel Aviv. STRINGER REUTERS
Arieh Ramot (izquierda) y Orna Ramot (d) contemplan la ciudad desde su azotea. STRINGER REUTERS
Guy Elhadad, de 26 años, en un sillón en su azotea de Tel Aviv. Para Guy, su azotea es su incubadora creativa. «Es donde puedo hacer todo lo que quiera porque no necesito la aprobación de los demás», asegura. Él y sus dos compañeros de piso acogen allí clases de yoga y eventos de música. STRINGER REUTERS
Ori Grossbard (derecha) y Tomer Lulu (i), ambos de 27 años, pasan la tarde en una azotea junto al apartamento de Ori en Tel Aviv. STRINGER REUTERS
Alexander Flaschenberg, de 60 años, descansa en una silla colocada encima de una mesa para poder ver el mar desde allí. STRINGER REUTERS
Kobi Malul, de 31 años, utiliza su azotea para pintar en Tel Aviv. STRINGER REUTERS
Aviah Morag, de 25 años, toma el sol en su azotea, equipada con una pequeña piscina, una ducha y hamacas. STRINGER REUTERS
Una mujer en su azotea de Tel Aviv alimenta a un grupo de pájaros al atardecer, como hace cada día. STRINGER REUTERS