El primer secretario de la embajada israelí en Costa Rica, que supervisa la misión en El Salvador, afirma que su país busca cooperar en tecnología e innovación. Además, comentó la situación geopolítica de Medio Oriente.
Mike Driquez, primer secretario y cónsul concurrente de Israel para Costa Rica, El Salvador y Nicaragua habló con este medio de la cooperación de su país a la región y de cómo buscan estrechar lazos en tecnología, agricultura y comercio.
Sin embargo, en vista de la escalada de tensiones en Medio Oriente, era inevitable conversar sobre el prospecto de una paz duradera y las tensiones que hay en ambos bandos, Israel y Palestina, entre quienes están abiertos a una negociación y quienes encuentran rédito político en la prolongación del conflicto.
¿Cuál es la relación actual de Israel con Centroamérica y El Salvador?
Israel tiene diversos intereses en la región, como económicos o de altas tecnologías. Además en términos de economía, agricultura, desarrollo global y política. Israel quiere tener mejores amigos en esta región, especialmente en el marco de las resoluciones de Naciones Unidas, y hacerles entender que los beneficios de estar cercanos a Israel son grandes para el país.
¿Qué proyectos tiene para la región?
El principal es de agricultura. Israel es un pionero en retención y reciclaje de agua, tratamiento de deshechos, desalinización de agua. Queremos tomar esas tecnologías y traerlas a otros países. Israel también ha sido un líder en tecnología y están tomando estos avances a otras áreas. También hay oportunidades en defensa, telecomunicaciones, manejo y análisis de datos, y emprendimientos, entre otros. Creemos que a través de la tecnología y la economía se puede hacer la relación entre los países más intensa y hacer del mundo un mejor lugar.
¿Cómo se prepara a la gente para trabajar con esta tecnología?
Por un lado, está lo que se puede hacer en el sector público. Israel puede ofrecer cursos y educación a ciudadanos de Centroamérica que viajen a Israel, financiado por el Ministerio de Asuntos Exteriores a través de MASHAV, la agencia de cooperación para el desarrollo internacional. Por un mes se puede aprender de tecnología, periodismo, educación, emprendimiento, entre otras áreas.
Además, tenemos una iniciativa de abrir puertas a empresas israelíes que vengan a mostrar sus avances al mundo. Tratamos de que las compañías israelíes entiendan que presentar su tecnología no solo tiene sentido económico, sino seguir la filosofía de dar para hacer el mundo un mejor lugar. Por eso, la tecnología que israelíes desarrollan y venden a empresas como Facebook luego se utiliza para resolver problemas de otros países, como el proyecto de ofrecer internet conectado a globos para dar conectividad a muchas personas.
¿Qué parámetros emplea Israel para otorgar su cooperación? ¿Se vincula a medidores de transparencia o respeto a derechos humanos?
Nosotros promovemos asistencia sin pedir algo a cambio, pero esperamos que si Israel ha estado en una buena situación de colaborar con un país, que estos tengan una relación más intensa con Israel. No lo requerimos y no detenemos la ayuda o la tecnología, no exigimos favores pero esperamos que como cualquier amistad, el trato sea mutuo.
Si un país con quien cooperan incurre en violaciones a derechos humanos o represión, reevalúan su relación? Por ejemplo, Nicaragua.
Cuando Israel colabora con un país y acerca relaciones, esto depende de los valores en los que un país cree. No podemos ser buenos amigos con un país que viola derechos humanos o censura la prensa porque no creemos en eso. Pero no queremos castigar a la gente tampoco. Por eso, hay asistencia que se puede enviar a la gente, no al gobierno.
¿Dónde está la línea entre cooperar y validar a regímenes represivos?
Es una línea delgada. Hay muchos parámetros a tomar en cuenta para cooperar, como el tipo de régimen, los problemas del país, la situación política y geopolítica. Es una situación delicada pero hay gente brillante analizando estos parámetros.
¿Considera intervenir Israel en una crisis como la de Nicaragua?
Israel tiene una política de no interferencia en situaciones internas. Si hay algo que podemos hacer para mediar entre países o entre sectores, lo consideraremos pero no interferimos porque no queremos que interfieran con nosotros. No vamos a elegir un candidato, por ejemplo, o elegir bandos.
¿Qué puede hacer El Salvador para acercarse a Israel?
Hay tres resoluciones en Naciones Unidas sobre Israel y esperamos que nuestros amigos piensen sus votos y que no tengan un sesgo contra Israel. Esto es mostrar amistad y gratitud. Hasta Kofi Annan pidió pensar bien los votos y no estar en contra de Israel automáticamente.
Israel ha anunciado mayores vínculos con países que han movido su embajada a Jerusalén, como Honduras o Guatemala. ¿Es esto un factor que influencia su cooperación?
Sabía que llegaríamos a esa pregunta. Hay injusticia en que otros países no lo reconozcan. Israel tiene relaciones con muchos países, no solo los que han movido su embajada. Pero esperamos que nuestros amigos muestren este gesto de amistad.
Si un país considera a Jerusalén capital, ¿es este momento de tensiones adecuado para mover su embajada?
El momento adecuado debió haber sido hace setenta años cuando establecimos el estado de Israel. Pero no creo que hay un momento propicio para reconocer la verdad. Puedes decir que vas a posponer la decisión o que reconocerás la capital aunque no muevas la embajada, pero eso no importa, porque si quieres resolver un conflicto, se requiere una negociación directa, algo que no estamos logrando con la Autoridad Palestina y con Hamas, que es una organización terrorista. Además, si tomamos en cuenta la situación del Medio Oriente, este tipo de decisiones se puede posponer cientos de años. Aquí se requieren negociaciones directas, no hay otra forma de salir de la situación actual. Aun en la administración Obama, la Autoridad Palestina no quiso sentarse en la misma mesa. Querían concesiones antes de sentarse, esto no es la forma de hacerlo.
¿Cómo está actualmente el conflicto en Medio Oriente?
Esta situación siempre es complicada. Somos la única democracia en Medio Oriente, y hay regímenes que no aceptan que estamos ahí, como Irán, que está financiando campañas contra Israel en Siria, en Líbano con Hezbollah. Es un gran problema. La resolución 1701 buscó dar separación entre Israel y Líbano y esto no fue respetado por Hezbollah. Tenemos la misma situación en Siria tras la guerra civil. Cuando ha habido un vacío de poder, las organizaciones que ingresan son más radicales, como el régimen iraní basado en Siria. Y no solo tenemos esos problemas. También tenemos conflicto con Hamas, que es apoyado por Irán y está en conflicto con la Autoridad Palestina. En lugar de usar todo el apoyo financiero que reciben de Europa para reconstruir Gaza, promueven túneles, terror y envío de cohetes. Y la razón no es Israel. Israel abre las puertas para que reciban ayuda humanitaria, dinero, combustible, pero hay un conflicto con la Autoridad Palestina con una organización terrorista, Hamas, que en su carta de conformación llama a eliminar a Israel.
En los últimos días se han lanzado cohetes a Israel y eso no puede ser tolerado en ningún lugar del mundo. A pesar de que tengamos la tecnología para destruir estos misiles en el aire, no es normal tener solo quince, veinte segundos para entrar en albergues varias veces al día.
¿Qué mensaje manda la renuncia del ministro de defensa israelí Avigdor Lieberman, quien se opuso a la tregua entre el gobierno de Israel y el grupo islamista Hamas?
La administración israelí es estable sobre cómo quieren tratar esta discusión y cómo buscan no promover la violencia. Tenemos muchas tensiones con Irán, Siria y Líbano y el primer ministro Benjamin Netanyahu tomó la decisión de no tener otra guerra sangrienta que podría ser desastrosa para Gaza. Y creo que tomó la decisión correcta y a veces hay conflicto entre los gobiernos, especialmente entre quienes quieren ser más o menos agresivos. Lieberman tiene un enfoque más agresivo que Netanyahu y por eso renunció.
¿Cree que hay grupos en ambos bandos (Israel y Palestina) para quienes hay rédito político si no se alcanza una solución pacífica?
No creo que el señor Lieberman no quiera paz. Creo que ha habido malentendidos en cómo alcanzarla, pero es política y pasa en todo el mundo. Cuando algunos perciben posibles réditos políticos, tomarán decisiones y creo que Mahmoud Abbas ha hecho lo mismo cuando ha obstaculizado una negociación de paz. Sobre Lieberman, no sé si tendrá un beneficio político al salir del gobierno y oponerse a la tregua.
¿Cuál es el objetivo final de Israel en esta situación?
Israel ha estado promoviendo muchas cosas, como tecnología, comercio, agua, pero lo principal que queremos es paz en la región. No son palabras que suenan bien, de verdad lo queremos. No queremos vivir toda la vida en guerra y que los niños escuchen sirenas toda la vida. El objetivo final es paz sostenible, que dure por años y que los palestinos prosperen. Pero esto no podría pasar sin las medidas de seguridad que Israel está demandando y nosotros estamos listos para discutir y negociar. Ramala (sede de gobierno de la Autoridad Palestina) está a 10 minutos en carro de Jerusalén, así que si el presidente Abbas quiere hablar con Netanyahu, lo puede hacer y este último contestará.
¿Es una solución de dos estados?
Esto es lo que el primer ministro Netanyahu dijo en su discurso hace siete años en El Cairo. Hay cambios en el Medio Oriente que lleva a reevaluar lo que está pasando. No sé si será una solución de dos estados, pero sí una que beneficie a todos.
Fuente: ElSalvador