«Holocausto», una megaproducción televisiva estadounidense de 1979 protagonizada por Meryl Streep, transformó la forma en que los alemanes veían su propia historia.
La miniserie llevó los horrores de los crímenes nazis a las salas de estar de los alemanes y convirtió la palabra «holocausto» en un término de uso común en el idioma alemán.
Es que solo en Alemania Occidental, un tercio de la población (unas 20 millones de personas) vieron al menos parte de la serie de cuatro episodios en 1979.
En enero, cuando se conmemora el día internacional en memoria de las víctimas del Holocausto, el drama se ha vuelto a mostrar en la televisión alemana y sigue siendo tan relevante como siempre.
El impacto de ver a las víctimas
«Holocausto» cuenta la historia de una familia judía alemana ficticia integrada por Josef Weiss (Fritz Weaver), un exitoso médico de Berlín, su esposa Berta Palitz Weiss (Rosemary Harris) y sus tres hijos, y traza su trágico viaje desde la afluencia burguesa hasta las cámaras de gas.
Hay una historia paralela que se centra en el personaje de Erik Dorf (Michael Moriarty), un abogado desempleado que inicialmente es apolítico, pero consigue un trabajo con las SS, las fuerzas de seguridad de Adolf Hitler, y se convierte en parte de la máquina de matar nazi.
La serie provocó un debate nacional. Las encuestas de la época muestran que 86% de los espectadores hablaron sobre el Holocausto con amigos o familiares después de ver el programa.
Unos 10.000 alemanes llamaron-muchos llorando- a la emisora del programa, WDR, para expresar su conmoción y vergüenza. En algunos casos, exsoldados se pusieron en contacto para confirmar los detalles de los crímenes nazis.
Fue la primera vez que una popular producción televisiva representó la vida de las víctimas de Hitler.
Hasta entonces el tema solo había sido abordado en documentales, que se focalizaban en los hechos y en las cifras.
Durante la década de 1960 el debate se centró principalmente en los perpetradores, provocado en parte por los juicios de Auschwitz, realizados en Frankfurt entre 1963 y 1965.
«Los sobrevivientes vinieron a los juicios de Auschwitz y los periodistas ni siquiera los entrevistaron. A nadie le importaban las víctimas. Eso cambió con (la serie) ‘Holocausto'», dice el historiador y profesor Frank Bösch.
Bösch escribió el libro Zeitenwende 1979 («Momento crucial 1979»), sobre eventos clave de ese año que transformaron al mundo. El drama televisivo es considerado uno de ellos, junto con la revolución iraní y la elección de Margaret Thatcher.
La miniserie cuenta emotivas historias personales de personajes de la vida cotidiana, haciendo que sea fácil para los espectadores identificarse con ellos y accesible para la sociedad en general.
Además, los perpetradores no son demonizadoscomo seres malvados y sádicos, sino que aparecen como alemanes comunes, piezas de la maquinaria nazi que contribuyeron al Holocausto a través de pequeños actos cotidianos de crueldad o cobardía.
La serie fue polémica y casi no llega a Alemania. Fue realizada por la cadena de televisión estadounidense NBC y en 1978 fue vista por 120 millones de estadounidenses.
Pero los comentaristas alemanes criticaron la serie, calificándola como una telenovela melodramática que trivializó la Shoah (el holocausto judío).
Los de izquierda acusaron a la cadena estadounidense de explotar cínicamente los crímenes nazis para obtener más rating.
Los nacionalistas de derecha se quejaron de que las víctimas de guerra alemanas estaban siendo olvidadas.
Los neonazis incluso bombardearon dos transmisores de televisión en un intento por detener las emisiones del programa en Alemania.
Incluso hoy la serie todavía tiene sus críticos: algunos sobrevivientes del Holocausto han dicho que el drama es higienizado y simplista.
Pero lo cierto es que ha transformado la forma en que Alemania se vincula con su pasado nazi.
Inicialmente, algunos funcionarios alemanes temían que la serie provocara un sentimiento antialemán en el extranjero, dice el profesor Bösch.
Pero la toma de conciencia nacional provocada por el drama generó respetopor la forma en que Alemania enfrenta sus crímenes del pasado.
Unos meses después de la emisión de la serie, Alemania eliminó el estatuto de limitaciones para el asesinato, para permitir que los nazis fueran juzgados por su participación en el Holocausto.
Y el debate a nivel nacional generó sed de más conocimiento.
Durante la década de 1980 las escuelas exigieron más material didáctico, los historiadores alemanes comenzaron a centrarse más en el Holocausto y los campos de concentración abrieron las primeras exposiciones y memoriales importantes.
Un recordatorio oportuno
Ahora Alemania ha estado reevaluando cómo el drama cambió al país hace 40 años.
La rememoración del Holocausto y las palabras «nunca más» se han convertido en principios clave de la identidad política de la Alemania moderna.
Pero el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán) dice que los alemanes ahora deben avanzar y dejar atrás esa cultura de conmemoración.
El año pasado el líder de AfD, Alexander Gauland, describió el período nazi como «meros excrementos de pájaro en más de 1.000 años de historia alemana exitosa».
Y menos de la mitad de los alemanes de 14 a 16 años saben lo que era Auschwitz, según una encuesta realizada por la Fundación Körber.
A 40 años de la primera transmisión de «Holocausto» en Alemania, todavía se necesitan dramas accesibles que resalten los crímenes nazis.
Fuente: BBCMundo
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