El sitio del probable entierro de la partera de Jesús reveló un floreciente comercio de lámparas utilizadas para iluminar el sepulcro familiar convertido en una capilla cristiana.
Días atrás arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel excavaron y hallaron un patio que conduce a un complejo de cuevas funerarias en las tierras bajas de Judea y esto les permitió descubrir nueva información sobre una familia judía que eligió el sitio como su tumba funeraria hace unos 2.000 años y al que creyentes cristianos peregrinaron en masa en los siglos posteriores.
Patio delantero excavado recientemente de la cueva funeraria en el bosque de Laquis. Foto: Emil Aladjem/Autoridad de Antigüedades de Israel
El complejo de cuevas funerarias sirvió originalmente como un sepulcro de lo que debió haber sido una familia judía adinerada que se remonta a la era del Segundo Templo – 516 AC a 70 EC-.
En los períodos bizantino e islámico temprano se conoció como “Cueva de Salomé” debido a una tradición popular que identificaba el sitio como el lugar de entierro de la partera de Jesús.
El espacio está compuesto por varias cámaras con nichos funerarios excavados en rocas y ataúdes rotos de piedra que atestiguan la costumbre funeraria judía.
A juzgar por las cruces e inscripciones grabadas posteriormente en la pared, el sitio se habría convertido en una capilla cristiana dedicada a Salomé.
“Salomé es una figura misteriosa. La tumba familiar atestigua que sus dueños eran una familia rica de la zona de Shefelá (tierras bajas) de Judea en el período del Segundo Templo. El culto de Salomé, santificada en el cristianismo, pertenece a un fenómeno más amplio, mediante el cual los peregrinos cristianos del siglo V EC hallaron y santificaron lugares judíos. Es posible que el nombre Salomé haya aparecido en la antigüedad en uno de los osarios de la tumba, y que allí se desarrollara la tradición que identifica el sitio con Salomé la partera. Por ello, la cueva se volvió venerada por el cristianismo”, indicaron Nir Shimshon-Paran y Zvi Firer de la Autoridad de Antigüedades de Israel.
Lámparas de barro de los siglos VIII y IX descubiertas en comercios que poblaban el patio. Foto: Emil Aladjem/Autoridad de Antigüedades de Israel
La explanada que hoy se investiga, tiene casi 372 metros cuadrados y está circundada por muros de piedra de sillería. Tiene pisos de losa y mosaicos.
Las entradas que conducen a la cueva funeraria y a la capilla exhiben piedras talladas con diseños decorativos asociados con el arte judío, como rosetas, granadas y jarrones de acanto.
Inscripción griega de dedicación a Salomé en el sepulcro. Foto: Emil Aladjem/Autoridad de Antigüedades de Israel
Las excavaciones en el patio también revelaron una hilera de tiendas que vendían o alquilaban lámparas de arcilla.
“En una tienda hallamos cientos de lámparas enteras y rotas que datan de los siglos VIII y IX EC. Estas lámparas pueden haber servido para iluminar la cueva, o como parte de las ceremonias religiosas, de manera similar a las velas que se distribuyen hoy en las tumbas de los justos y en las iglesias”, explicaron los investigadores.
Cueva funeraria de la época del Segundo Templo. Foto: Emil Aladjem/Autoridad de Antigüedades de Israel
Fuente: es.Israel21C
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