La tecnología desarrollada por la startup también podría resultar beneficiosa para los agricultores, especialmente económicamente.
En Kfar Kara, un pueblo árabe ubicado en el norte de Israel, la startup Trisolar asumió un gran desafío: imaginar una nueva agricultura menos contaminante, al equipar invernaderos con paneles solares capaces de adaptarse a las necesidades de las plantas. Todo mientras produce electricidad.
“Tenemos un sistema inteligente de monitoreo de cultivos. Usamos paneles solares, bifaciales y semitransparentes. Esto nos permite optimizar la cantidad de luz que reciben las plantas. Los paneles solares pueden inclinarse de este a oeste, dependiendo de la información que envían nuestros sensores sobre las necesidades de la planta”, explica Esther Magadley, directora técnica y cofundadora de Trisolar.
La puesta en marcha es un derivado del Centro de Investigación Triangle, establecido en 1999 para servir a las comunidades árabes en el norte de Israel. Ibrahim Yehia, fundador y científico jefe de Trisolar, es un físico especializado en semiconductores. Es uno de los primeros en el mundo en haber tenido la idea de poner paneles solares semitransparentes dentro de los invernaderos.
Su equipo acaba de recibir un fondo de 5,8 millones de dólares de la Unión Europea para poner en marcha proyectos piloto en todo el mundo.
“Nuestra investigación nos ha permitido entender qué espectro de luz necesitamos dejar pasar para obtener una buena cosecha, mientras maximizamos la producción de electricidad. Hemos publicado más de 20 artículos científicos en revistas de renombre mundial, por lo que somos el grupo más avanzado del mundo de investigación en esta tecnología. Podemos certificar que la producción de energía es compatible con la producción de frutas y verduras», dice Yehia.
La tecnología desarrollada por la startup también podría resultar beneficiosa para los agricultores, especialmente económicamente.
“Uno de los problemas de los agricultores es que no tienen un ingreso estable, siempre dependen de su cosecha y de los precios del mercado. La producción de electricidad les puede garantizar un ingreso estable durante todo el año. Queremos alentar al gobierno a que subsidie agricultores, para que inviertan en este sistema, y así bajar los precios de las frutas y verduras en el mercado”, continúa el físico.
Un invernadero 2.0 que también permitiría producir alimentos en zonas áridas, donde hasta ahora no era posible la agricultura. “En lugares donde la calidad del agua es muy mala, y con la electricidad que producimos, podemos desalinizar el agua y así regar los cultivos”, explica Ronen Katz, CEO y cofundador de Trisolar.
Los proyectos piloto a gran escala de estos invernaderos ecológicos se instalarán este verano en Alemania, Austria, Italia y Grecia.
Fuente: i24News- Traducido por UnidosxIsrael
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