Estados Unidos se mostró frustrado después de que Israel se negó a compartir información sobre sus planes y, al parecer, intentará «dar forma a las limitaciones» de la respuesta al ataque con misiles iraníes
Se espera que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mantenga una llamada telefónica con el primer ministro, Benjamin Netanyahu, el miércoles para discutir los planes de Israel de tomar represalias contra Irán por su ataque con misiles balísticos del 1 de octubre, dijeron funcionarios familiarizados con el asunto, en medio de informes de creciente frustración en Washington por la falta de voluntad de Jerusalén de compartir detalles de sus intenciones.
Estados Unidos, junto con Oriente Medio, ha estado nervioso esperando la respuesta de Israel a los aproximadamente 200 misiles balísticos lanzados por Teherán la semana pasada, y ha estado tratando de disuadirlo de montar una respuesta que consideraría desproporcionada.
Pero a pesar de sus esfuerzos por desempeñar un papel en moderar el enfoque de Israel, incluso instándolo a evitar atacar instalaciones petroleras o sitios nucleares, Estados Unidos se ha encontrado en la oscuridad, ya que Jerusalén se niega a compartir ningún detalle de sus planes con su aliado, informó el Wall Street Journal el miércoles.
Según funcionarios estadounidenses con conocimiento del tema, esto ha agravado la creciente frustración en Washington, que se ha visto sorprendido por las acciones que Israel ha tomado contra el grupo terrorista Hezbolá en las últimas semanas, incluido el asesinato de su líder, Hassan Nasrallah.
La falta de comunicación condujo a un brusco intercambio de opiniones entre el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, cuando Gallant telefoneó a su homólogo el 27 de septiembre para informarle del ataque a Nasrallah después del hecho.
“Disculpe, ¿qué dijo?”, según se informa, le preguntó Austin a Gallant. En una segunda llamada telefónica ese mismo día, Austin le preguntó a su homólogo israelí si Jerusalén estaba lista para defenderse por sí sola, ya que Estados Unidos no había tenido tiempo de desplegar sus fuerzas para desviar cualquier represalia inmediata, según el informe.
A pesar de la advertencia de Austin, Estados Unidos pudo ayudar a Israel días después, el 1 de octubre, interceptando alrededor de una docena de misiles iraníes y calificando el ataque de Teherán de “derrotado e ineficaz”.
Aun así, Israel se ha mantenido reticente y Estados Unidos se negó a confirmar si había recibido o no garantías de que se le notificaría con antelación cuando Jerusalén montara su represalia.
Inmediatamente después del ataque con misiles iraníes, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, advirtió a Irán que habría “severas consecuencias por este ataque, y trabajaremos con Israel para que así sea”.
Con la esperanza de evitar quedarse en la estacada, informó el sitio de noticias Axios, Biden reiterará, durante su esperada llamada con Netanyahu, la oposición de Estados Unidos a cualquier acción contra Irán que considere desproporcionada.
«Queremos utilizar la llamada para tratar de definir los límites de la represalia israelí», explicó un funcionario estadounidense familiarizado con el asunto.
Pero los esfuerzos para disuadir a Israel de atacar sitios particularmente sensibles pueden ser demasiado tarde, ya que un asistente de Netanyahu le dijo a Axios que el primer ministro solo informará a Biden una vez que se haya tomado una decisión.
Biden y sus asistentes han hablado de una posible llamada con Netanyahu -la primera en casi 50 días- desde fines de septiembre en medio de una creciente división sobre el manejo de Netanyahu de la guerra contra Hamás en Gaza y lo que Estados Unidos percibe como una falta de estrategia sobre cómo ponerle fin.
La desconfianza entre Biden y Netanyahu ha dado lugar a que Gallant, considerado ampliamente una voz de relativa moderación, sea visto como el contacto preferido de la administración en el gobierno israelí.
El martes, Netanyahu supuestamente impidió que Gallant partiera para una visita de un día a Estados Unidos, donde debía reunirse con Austin y Sullivan sobre la represalia planeada de Israel contra Irán, porque deseaba hablar con Biden sobre Irán él mismo antes de que el ministro de Defensa partiera.
Con ese fin, Netanyahu hizo varios intentos infructuosos en los últimos días para comunicarse directamente con el presidente, dijo un funcionario israelí anónimo a The Washington Post el martes.
Los funcionarios estadounidenses negaron la afirmación y dijeron que si Israel estaba diciendo que Estados Unidos estaba «presionando duramente [a Netanyahu] y negándose a llamarlo, eso no es cierto».
«De hecho», agregó un funcionario, «ya estábamos planeando que hablaran a finales de esta semana y los israelíes lo saben».
Se esperaba que Gallant llevara a altos funcionarios del Ministerio de Defensa con él en el viaje ahora pospuesto y discutiera la coordinación con los EE. UU. sobre la respuesta de Israel a Irán, así como el apoyo de EE. UU. a la defensa de Israel en caso de una respuesta iraní y cuestiones relacionadas con el despliegue de fuerzas estadounidenses en el área.
También se informó que Netanyahu condicionó el viaje del ministro de Defensa a que el gabinete de seguridad aprobara primero los planes de Israel para su represalia contra Irán, limitando así la capacidad de EE. UU. para influir en él.
El Ministerio de Defensa informó al Pentágono el martes por la noche, horas antes de la salida programada de Gallant, que estaba posponiendo su viaje.
Se dice que Netanyahu también ha bloqueado las visitas de Gallant a Washington en el pasado. En mayo de 2023, supuestamente le impidió visitarlo en dos ocasiones distintas porque aún no había recibido una invitación a la Casa Blanca. En agosto de 2023, se entendió ampliamente que estaba prohibiendo a otros ministros asistir a reuniones de alto nivel en Washington mientras esperaba una propia.
Fuente: TheTimesofIsrael- Traducido por UnidosxIsrael
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