Relacionada con el despertar de la naturaleza tras el invierno, se conmemora en el punto medio de la temporada de lluvias, entre enero y febrero, y hoy su significado está ligado a la conexión de los judíos con la Tierra de Israel, por lo que las familias suelen llevar a los menores al campo a plantar árboles
La fiesta tiene lugar justo cuando los días empiezan a alargarse, la savia de la vida comienza a subir de nuevo en muchos árboles, y algunos comienzan a florecer, y no representa sólo el día del renacimiento de árboles en general, sino del árbol divino de la vida misma.
Esta fiesta judía había tenido una observancia mínima que consiste en la distribución de pequeños paquetes de
árboles frutales y frutos secos a los niños. Pero en tiempos más recientes los ambientalistas judíos han aprovechado este día para simbolizar una mayor identificación con el destino de la Tierra.
El proyecto sionista de establecer una patria judía en Israel durante muchos años ha estado acompañado por una vigorosa campaña para plantar árboles en Israel, para proporcionar alimentos, sombra y vegetación para frenar la desertificación que viene con el cambio climático y el crecimiento de la población. En los últimos años, los rabinos activistas por la paz, han participado en proyectos de derechos humanos que afectan a los árboles, en conjunto con familias palestinas.
Fuente: Aurora