El exrehén Eli Sharabi contó en el programa ‘Uvda’ los horrores que vivió en manos de terroristas de Hamás en Gaza. Su testimonio expone las condiciones extremas y el impacto de su cautiverio.

Según el rehén liberado, Eli Sharabi, los túneles de Hamas estaban tan bien fortificados y protegidos que las operaciones militares para sacar a los rehenes de los túneles vivos habrían sido casi imposibles.
Sharabi, quien estuvo en manos de Hamas durante 491 días, fue entrevistado por Ilana Dayan en el programa «Uvda» de Channel 12 el jueves por la noche, donde compartió sus experiencias viviendo en los túneles de terror.
"They break my ribs"
— Aviva Klompas (@AvivaKlompas) February 28, 2025
Eli Sharabi spent almost 500 days as a hostage in Gaza. He recounts the torture and starvation:
"You're tied with ropes that tear into your flesh…I remember not being able to fall asleep because of the pain. The ropes are digging into your flesh, and… pic.twitter.com/IdYaBOe3p8
“Si hay algo que he estado diciendo a todos desde el principio—familia, personal médico, amigos—es esto: No anden con rodeos a mi alrededor,” enfatizó. “Hablamos sobre todo. La pérdida, el cautiverio—lo que la gente quiera,” declaró durante la entrevista.
El cautiverio de Sharabi
Sharabi, quien fue secuestrado del kibutz Be’eri el 7 de octubre, contó cómo fue separado de su esposa Leanne y sus hijas Noya y Yahel.
“La escena era simplemente horrible, un miedo sin igual. Diez terroristas en la casa: dos me agarraron a mí, dos agarraron a las niñas y se quedaron con ellas en la cocina. Todo el tiempo, Leanne les decía: ‘Pasaporte británico’, pensando que las protegería”, recordó Sharabi.
“Sabía que me iban a secuestrar. Lo tenía claro”, reveló. “Les grité a mis hijas: ‘¡Volveré!’ Y desde ese momento, entré en modo supervivencia. No importa lo que me pase ahora, no importa lo que me hagan, voy a volver. Nunca olvidaré la mirada en sus ojos, lo aterrorizadas que estaban. Solo espero que no sufrieran”, agregó Sharabi.
Fue solo después de su liberación del cautiverio que Sharabi finalmente se enteró de que su esposa y sus dos hijas fueron asesinadas ese día.
Sharabi también contó cómo se enteró de que su hermano Yossi, que también era vecino en Be’eri, había sido secuestrado y asesinado.
“Dos días antes de mi liberación, el ‘comandante del evento’ –llamémoslo así– se enorgulleció de mostrarme una foto de Yossi y decirme que la Fuerza Aérea lo había asesinado. Le dije: ‘Está bien’, pero no lo creí”.
Otro vecino del kibutz, Ohad Ben Ami, que estuvo detenido por separado pero se reunió con Sharabi antes de su liberación, le confirmó el asesinato de Yossi. “Me llevó a un lado y me dijo: ‘Todo lo que te dijeron es verdad’. Sentí como si me hubieran dado un martillazo de cinco kilos en la cabeza”, compartió Sharabi.
Sharabi recuerda vívidamente su primera noche en el túnel, donde pasó más de un año con Or Levy, Eliya Cohen y Alon Ohel.
“Estás a 50 metros bajo tierra. Las condiciones sanitarias son simplemente terribles. Te duchas una vez al mes con una botella de agua, tal vez medio cubo de agua fría. Las cadenas de mis piernas nunca me abandonaron desde el día que llegué a Gaza hasta el último día. Algunas personas estuvieron encadenadas solo parte del tiempo; yo estuve encadenado durante un año y cuatro meses, con gruesos y pesados candados que me desgarraban la carne”, contó.
“La idea de que una persona libre pueda simplemente tomar fruta o beber agua, eso es con lo que sueñas todos los días. No te importan las palizas, incluso cuando te rompen las costillas. A mí no me importaba, solo dame media pita. Empiezas a ver que tu estómago se hunde hacia adentro. En algún momento, no puedes creer lo que le está pasando a tu propio cuerpo. Durante los peores períodos, comíamos una vez al día: un plato de pasta, tal vez de 250 a 300 calorías”.
Sharabi también describió cómo las declaraciones de los líderes israelíes afectaron la forma en que Hamás trataba a los prisioneros.
“Se podía saber lo que estaba sucediendo en las noticias simplemente por su comportamiento. Es por eso que la responsabilidad recae en los líderes. Sus declaraciones públicas tienen un inmenso poder. Los terroristas los escuchan todo el tiempo. Venían a nosotros y decían: ‘Su gobierno no está alimentando a nuestros prisioneros, así que ustedes tampoco comerán. Golpean a nuestros prisioneros, así que los golpearemos. No los dejan ducharse, así que ustedes no podrán ducharse’”.
Sin embargo, enfatizó que a pesar de lo que la gente pueda pensar, se siente “afortunado”.
“No estoy enojado. Soy afortunado. Afortunado de haber tenido a Leanne durante 30 años. Afortunado de haber tenido a esas maravillosas hijas durante tantos años. Afortunado de que no me mataran. Afortunado de que después de 16 meses, pude regresar con mi familia. Soy afortunado”. Sharabi concluyó.
Fuente: JPost- Traducido por UnidosxIsrael
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