El ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, de visita en Rabat, destaca que el pacto permitirá estrechar la cooperación en todos los sectores
Por Sal Emergui
La primera visita oficial de un ministro de Defensa israelí a Marruecos ha servido para sellar una estrecha cooperación en materia de seguridad entre dos países que normalizaron sus relaciones el año pasado bajo el extenso paraguas diplomático y estratégico desplegado por Estados Unidos.
Rabat ha sido escenario este miércoles de una imagen que hace unos meses parecía ciencia ficción y nunca vista incluso en las capitales de los dos países que firmaron la paz con Israel como El Cairo (79) y Amán (94): La firma ante las cámaras de un memorando de entendimiento entre los ministros de Defensa de Israel (Benny Gantz) y Marruecos (Abdellatif Loudiyi). «Un paso histórico», ha declarado Gantz señalando que el pacto permitirá estrechar la cooperación en todos los sectores relacionados con seguridad y defensa. Gantz citó campos como «Inteligencia, entrenamientos militares y colaboración de industrias de defensa» añadiendo que «tiene mucho significado porque nos permitirá intercambiar opiniones y trabajar en proyectos conjuntos».
Con la rúbrica del pacto, que abre la puerta a contratos de tecnologías y armas, Israel y Marruecos enfatizan -y lo que es más novedoso de forma pública- la vertiente de seguridad y de Inteligencia en las relaciones normalizadas tras el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump hace once meses. A cambio del acuerdo para reanudar la relación con Israel -rota en la Segunda Intifada hace 20 años- y pese a la fuerte oposición del liderazgo palestino, el rey Mohamed VI recibió el reconocimiento estadounidense de la soberanía marroquí del Sahara Occidental.
Los servicios secretos de Israel y Marruecos cooperan desde los años 60 cuando el rey marroquí pidió al Mosad ayuda para su protección personal, lo que condujo posteriormente a una sólida coordinación en la sombra básicamente centrada en la lucha contra el terrorismo y el yihadismo. Los Acuerdos de Abraham, que también normalizaron las relaciones de Israel con Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahrein y Sudán, añaden a la relación israelomarroquí una dimensión diplomática, comercial, turística, agrícola, tecnológica y militar.
«La relación no se basa en la venta de armas sino en una alianza estratégica regional», aclara una fuente israelí a EL MUNDO aunque el memorando de Rabat es una noticia esperada para sus industrias armamentísticas y para los organismos de seguridad marroquíes.
Los dos países consideran a Irán como una amenaza aunque por diferentes motivos y con diferente grado de urgencia e intensidad. Marruecos no oculta su preocupación por el apoyo de Irán a Argelia y, a través de la milicia libanesa Hizbulá, al Frente Polisario. Su conflictiva relación con Argelia es una de las principales razones de la decisión marroquí de no solo impulsar la cooperación con Israel sino de hacerlo antes las cámaras internacionales. Al mismo tiempo, Rabat reitera su apoyo a la causa palestina y la creación de un Estado palestino. En otras palabras, la luna de miel con los israelíes no tiene que ver con el conflicto con los palestinos en Tierra Santa sino con los problemas y temores de Marruecos en su vecindario.
Israel, por su parte, considera Irán una amenaza de seguridad territorial (milicias proiraníes desplegadas en Siria, Irak, Yemen, Líbano y Franja de Gaza) y existencial (plan nuclear). En este sentido, contar con aliados en el Golfo Pérsico y África es básico para las autoridades israelíes. Horas antes de subirse al avión fletado por El Al a Rabat, Gantz avisó que los drones y armas de precisión iraníes pueden alcanzar objetivos estratégicos a miles de kilómetros: «Esta capacidad ya está poniendo en peligro a los países sunitas, las tropas internacionales en Oriente Medio y también a países de Europa y África».
«He presentado una ofrenda floral y he escrito en el libro de visitantes: Trabajaremos juntos para un futuro mejor y una asociación y paz entre naciones y pueblos», ha revelado Gantz en su visita al Mausoleo del rey Mohamed V en el que elogió tanto al monarca actual, Mohamed VI, por su «importante rol en el mantenimiento de la paz regional y la estabilidad» como a la cultura e historia del país africano.
Gantz se ha reunido también con el ministro de Exteriores, Naser Burita que hace tres meses fue el anfitrión de su homólogo israelí, Yair Lapid. En la agenda del titular de Defensa antes de volver este jueves a Tel Aviv también figura una reunión con el jefe del Ejército marroquí y con la comunidad judía del país.
El acuerdo bilateral de hace un año ha supuesto también la apertura de embajadas y líneas de vuelo directos, viajes de delegaciones como la efectuada hace unos días por periodistas marroquíes a Israel y un aumento del intercambio comercial.
En Israel se especula estos días sobre un inesperado candidato a seguir la senda de EAU, Bahrein, Sudán y Marruecos: Libia.
Fuente: ElMundo.es
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