El español está de moda en la capital del desierto del Néguev. El escudo del Atlético de Madrid se exhibe con naturalidad en los campos de entrenamiento del Hapoel Beer Sheva. Cinco entrenadores enviados por los colchoneros y liderados por el ex técnico del primer equipo Carlos Aguiar asesoran al campeón israelí.
Por Sal Emergui
«Es un proyecto del club en uno de los destinos más importantes y forma parte de su plan de expansión internacional. Admito que apenas tenía referencias de Israely de su fútbol», afirma un Aguiar que recibe a MARCA en la sede del club junto a sus compañeros Julio Martínez, Ángel Mejías, Mauro Zanoguera y Borja Lema. Su misión es fruto de la cooperación sellada entre la dueña del Hapoel Alona Barkat y Miguel Ángel GilMarín bajo el paraguas del accionista rojiblanco, el israelí Idan Ofer.
«Inicialmente, la tarea encomendada se refería sólo al fútbol de la academia. Interactuar con la gente del Hapoel para observar, asesorar y tratar de mejorar el club que tiene una estructura interesante e importante pero como todo en la vida, es mejorable», comenta un Aguiar que tomó las riendas del sub 19 del Beer Sheva.
«En Israel hay jugadores interesantes y técnicamente dotados pero en general son mejorables a nivel físico y de intensidad», analiza.
«Es un fútbol que le sobra minutos en un partido oficial. En las segundas partes falta intensidad y los equipos se parten», comenta el preparador físico Martínez mientras su ayudante Zanoguera señala que el déficit táctico es clave en los problemas con el físico. Corren el doble.
«El problema es la mentalidad pero no de los que juegan sino de los que dirigen. También en España hubo un momento donde estábamos por debajo en lo físico respecto a Europa. Hace unos diez años, se reaccionó y ahora no tenemos que envidiar a nadie», interviene Aguiar.
Como entrenador de porteros, Mejías destaca: «Aquí se empieza a trabajar con los porteros a los doce años y en el Atlético a los siete u ocho años». Llegado desde China, Lema está en el sub 16 del Hapoel. «En China están invirtiendo mucho pero aún se puede considerar un bebé. En Israel hay menos intensidad en los entrenamientos que en España«, opina.
Un misil en plena noche
«¿La vida en Israel? Yo tampoco conocía Israel. Estoy muy bien en Beer Shevapero no es fácil adaptarse», responde Martínez que no tardó en darse cuenta de que, pese a su desarrollo en los últimos años, la ciudad sureña aún está lejos de la vibrante Tel Aviv o la santa Jerusalén.
Los entrenadores del Atlético sólo tienen buenas palabras para las gentes de su club y de su ciudad. «El recibimiento fue muy bueno y nos tratan realmente bien», comentan al unísono. «Ya son como de la familia», dice un empleado del club israelí.
Aguiar ha trabajado en muchos países pero nunca ha tenido que levantarse a las tres de la mañana por el sonido de una sirena antiaérea. Un sonido que alerta del inminente disparo de misiles por milicias palestinas desde la Franja de Gaza, controlada por el grupo islamista Hamas. «Nos metimos rápido en el cuarto-refugio tal y como nos enseñaron y marca el protocolo de seguridad», nos cuenta Martínez.
El misil impactó en un edificio residencial cerca de la casa de los técnicos españoles. Gracias a la sirena no hubo muertos o heridos. «Cada uno interpreta el miedo como quiere», apunta Martínez antes de añadir: «Mi familia en España se lo toma más en serio que yo aquí».