Durante décadas, el grupo terrorista respaldado por Irán ha mantenido un control significativo sobre partes del país; ahora, las autoridades parecen estar tomando medidas más firmes, especialmente en el sur.

El gobierno del Líbano busca reafirmar su autoridad en todo el país en un intento por preservar un frágil alto el fuego con Israel, que ha llevado a cabo una serie de ataques contra Hezbolá desde el estallido de los combates el 7 de octubre de 2023, según The Wall Street Journal.
Esta iniciativa se produce en un momento en que el Líbano ha tomado medidas para fortalecer las instituciones estatales tras años de parálisis política. En enero, los legisladores eligieron a Joseph Aoun como nuevo presidente tras una vacante de más de dos años. Nawaf Salam fue nombrado primer ministro poco después y se formó un gabinete de 24 miembros.
La posición de Beirut ha cobrado impulso recientemente, tras una serie de operaciones de inteligencia israelíes (incluida una que supuestamente involucró la violación de los sistemas de comunicaciones de Hezbolá), así como ataques aéreos, asesinatos selectivos de altos funcionarios de Hezbolá y una operación terrestre de las fuerzas israelíes que sacudió al grupo terrorista.
Durante décadas, Hezbolá ha mantenido un control significativo sobre partes del Líbano, especialmente en el sur. Si bien el equilibrio de poder entre el gobierno y el grupo respaldado por Irán sigue siendo delicado, las autoridades parecen estar tomando medidas más firmes.
A principios de esta semana, las autoridades libanesas anunciaron la detención de varias personas acusadas de disparar cohetes contra Israel en marzo. El Ejército libanés afirmó que los sospechosos participaron en los ataques del 22 de marzo —el primer incidente de este tipo tras más de tres meses de calma— y del 28 de marzo. Entre los sospechosos se encuentran ciudadanos libaneses y palestinos, según el ejército, que indicó que se esperan más arrestos.
Hezbolá ha negado su participación en el lanzamiento de cohetes, que se realizó desde una región del sur del Líbano que anteriormente controlaba.
Mientras tanto, el periódico Al-Akhbar, afín a Hezbolá, informó que las fuerzas de seguridad libanesas detuvieron a más de 30 personas desde marzo bajo sospecha de lanzar cohetes hacia Israel. La mayoría fueron liberadas, según el periódico, excepto dos hombres palestinos y una mujer libanesa, quienes fueron arrestados en la región sureña de al-Zahrani.
Citando a funcionarios de seguridad anónimos, Al-Akhbar informó que los tres admitieron haber llevado a cabo los ataques en apoyo del pueblo palestino y actuaron por iniciativa propia. Otro funcionario declaró al periódico que los sospechosos tenían vínculos con Hamás, mientras que un tercero afirmó que sus huellas dactilares coincidían con las encontradas en una plataforma de lanzamiento de cohetes. Los arrestos parecen reflejar una creciente disposición del Estado libanés a enfrentarse a los grupos armados que operan dentro de sus fronteras.
Por otra parte, se ha informado de un aumento de las operaciones de seguridad en varias regiones del país. Según el periódico libanés An-Nahar, los residentes del norte, el valle de la Bekaa y el sur han presenciado un aumento de los puestos de control e inspecciones del ejército, en particular de vehículos con ventanas tintadas. El refuerzo de la seguridad provocó congestiones de tráfico, incluyendo un prolongado atasco en la entrada norte de la ciudad de Sidón.
El Ejército libanés afirmó haber localizado alrededor de 260 emplazamientos militares de Hezbolá al sur del río Litani y desmantelado unos 200 de ellos. Sin embargo, la lentitud de estas operaciones ha generado frustración entre algunos funcionarios libaneses y exfuncionarios estadounidenses, según informó The Wall Street Journal.
En Beirut, el gobernador Marwan Fakhoury ordenó el martes la retirada de símbolos políticos y sectarios de una importante vía que conecta el centro con la Ciudad Deportiva. La medida siguió una directiva del ministro del Interior, Ahmad al-Hajjar. Fakhoury afirmó que el objetivo era lograr que la capital estuviera «libre de lemas políticos y sectarios». Tras el anuncio, se observó a las fuerzas de seguridad retirando carteles del exlíder de Hezbolá, Hassan Nasrallah.
A pesar de los esfuerzos del gobierno, los combatientes de Hezbolá siguen activos en el sur del Líbano. Israel sigue alegando esta presencia como justificación para mantener posiciones militares en territorio libanés, a pesar del acuerdo de alto el fuego.
Las Fuerzas Armadas Libanesas, que reciben apoyo de Estados Unidos y la Unión Europea, se enfrentan a importantes desafíos, como la escasez de personal y equipo, y el continuo apoyo público a Hezbolá entre algunos segmentos de la población.
Fuente: Ynet- Traducido por UnidosxIsrael
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