Manifestación que atrajo a unas 50.000 personas frente a la Knesset y estuvo marcada por las críticas a Netanyahu por parte de los oradores y la multitud, a pesar de los intentos del Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas de mantenerse neutral.
Decenas de miles de personas se manifestaron en Jerusalén el domingo para exigir el regreso inmediato de 133 rehenes retenidos en Gaza mientras Israel conmemoraba seis meses desde el ataque del grupo terrorista Hamás en el sur de Israel.
Además de los aproximadamente 50.000 participantes que se manifestaron frente a la Knesset, según los organizadores de un grupo que representa a las familias de los rehenes, miles de personas más se reunieron para manifestaciones con familiares de cautivos en ciudades de todo Occidente, incluidas Nueva York, Berlín, Londres y Washington DC.
Los acontecimientos tuvieron lugar cuando Israel y Hamás enviaron funcionarios a El Cairo para intentar negociar un acuerdo difícil de alcanzar para detener los combates y liberar a los rehenes a cambio de prisioneros de seguridad palestinos.
Rehenes liberados, familiares de aquellos que todavía están cautivos de Hamás y padres de soldados asesinados hablaron en la manifestación del domingo por la noche en Jerusalén. Multitudes que atestaban la calle Kaplan de Jerusalén portaban carteles con fotografías de los secuestrados por Hamás y llevaban la icónica cinta amarilla que simboliza la difícil situación de los rehenes, frente a una Knesset iluminada de amarillo en su honor.
Muchos entre la multitud exigieron un acuerdo inmediato con los rehenes, gritando: «No hay nada más importante, todos los rehenes tienen que regresar».
La manifestación terminó pacíficamente, y los participantes que llegaron en autobuses de todo el país organizados por el Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas se apresuraron a tomar transporte para regresar a casa, en contraste con manifestaciones recientes en la ciudad y otros lugares que han visto escaramuzas caóticas entre activistas y policías.
No obstante, la manifestación todavía estuvo cargada de profundos recelos sobre el liderazgo del país. Durante la manifestación, grandes sectores de la multitud prorrumpieron repetidamente en cánticos contra el primer ministro Benjamín Netanyahu, evitando la firme negativa de los organizadores a adoptar una postura partidista y reflejando la creciente frustración entre muchos por la incapacidad del gobierno para negociar la libertad de los cautivos: 129 de ellos. secuestrado el 7 de octubre y otros cuatro retenidos por Hamás durante casi una década. La cifra incluye los restos de más de dos docenas de cautivos que Israel cree que están muertos.
Durante un discurso del alcalde de Jerusalén, Moshe Lion, los manifestantes lo ahogaron con gritos de “¡Trato ahora!”.
“Medio año es demasiado para todos y cada uno de los rehenes”, afirmó Lion.
El tono antigubernamental se intensificó cuando Yehuda Cohen, padre del soldado cautivo Nimrod Cohen, irrumpió en el gobierno y pidió a Netanyahu que renunciara. Amplios sectores de la multitud se burlaban con cada mención del nombre de Netanyahu.
«Nos enfrentamos a un gobierno criminal que no está haciendo nada por el regreso de nuestros seres queridos», dijo, ante los gritos de «vergüenza» de la multitud.
Cohen, un crítico abierto de Netanyahu cuyo hijo fue secuestrado por terroristas del Kibbutz Nahal Oz el 7 de octubre, dijo a la multitud que le preguntó al primer ministro durante una reunión la semana pasada qué precio Israel estaba dispuesto a pagar para devolver a su hijo, pero no recibió respuesta. .
Cohen es una de varias familias de rehenes que recientemente rompieron públicamente con el compromiso del Foro de permanecer apolítico y, en cambio, se sumaron a las protestas antigubernamentales que se han acelerado en las últimas semanas. Los manifestantes en Jerusalén y Tel Aviv han exigido elecciones anticipadas, acusando a los dirigentes del país de no llevar adelante eficazmente la guerra, liberar a los rehenes, ocuparse de la recuperación del sur y de las hostilidades en la frontera norte y de no mantener intacto el apoyo internacional.
A pesar de la división, el Foro, que también representa a familias que respaldan al gobierno, ha tratado de evitar ser visto como políticamente partidista. Tras el discurso de Cohen, el actor Lior Ashkenazi, maestro de ceremonias de la manifestación, recordó a la multitud el compromiso del Foro con la neutralidad.
«La ira y el dolor adquieren muchas opiniones», dijo cuidadosamente, reiterando un eslogan que utilizó al comienzo de la manifestación: «Los rehenes no tienen partido, no hacen encuestas».
Hagit Chen, cuyo hijo Itay Chen, con doble ciudadanía estadounidense e israelí, es una de las 34 víctimas cuyos restos están retenidos por grupos terroristas en la Franja, acusó al gobierno de abandono.
“¿Cómo es posible que después de seis meses [el gobierno] no te haya traído de regreso?” dijo entre lágrimas, pidiendo un trato. Una mención del nombre de Netanyahu fue recibida con otra ronda de abucheos por parte de la multitud.
El medio de comunicación Haaretz informó que Estados Unidos presentaría un nuevo borrador de propuesta a las partes.
El director de la CIA, Bill Burns, asiste a las conversaciones, junto con el ministro de Asuntos Exteriores de Qatar, el jeque Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, y la Dirección General de Inteligencia de Egipto, Abbas Kamel. Entre los funcionarios israelíes que se espera que asistan se encuentran el jefe del Mossad, David Barnea, y el jefe del Shin Bet, Ronen Bar.
El lunes temprano, el noticiero egipcio Al Qahera, citando a una fuente egipcia de alto rango, dijo que las delegaciones de Hamas y Qatar habían abandonado El Cairo horas después de llegar con la promesa de regresar en dos días para llegar a los términos finales.
Fuente: TheTimesofIsrael- Traducido por UnidosxIsrael
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