Varios de estos emprendimientos personales o de organizaciones son expuestos anualmente en festivales de tecnología e innovación en Israel, el más conocido de todos, el DLD Tel Aviv, que este 2020 no se ha podido realizar a causa de la pandemia.
Por Juan Carlos Dos Santos
Convertir a su país en un oasis de innovación fue uno de los grandes sueños que tenía Shimon Peres para Israel. La dificultad para iniciar este proceso en un país recién nacido y pequeño, casi sin recursos naturales y con muchos obstáculos más por resolver, sean internos o externos, fue más un milagro que un desafío, el haberlos superados con éxito.
“Es la historia que me contó mi padre, Shimon Peres, exprimer ministro y presidente del Estado de Israel, y gran visionario de la innovación israelí que alimentó un sueño que otros pensaban era imposible de realizar, pero lo terminó convirtiendo en realidad”, narra Cheni Peres, hijo del fallecido líder y visionario israelí, en referencia a las innovaciones que fluyen a cada instante en esa tierra del Oriente Medio.
En setiembre de 2016, invitado por una organización sin fines de lucro, que promueve a los proyectos innovadores (startups), pude, junto a otros periodistas latinoamericanos, conocer algunos de estos fantásticos proyectos, gran parte de ellos creados para mejorar la calidad de vida de muchas personas, siendo hoy Israel el segundo ecosistema más importante del mundo, fuera de Estados Unidos.
Varios de estos emprendimientos personales o de organizaciones son expuestos anualmente en festivales de tecnología e innovación en Israel, el más conocido de todos, el DLD Tel Aviv, que este 2020 no se ha podido realizar a causa de la pandemia.
Tierra donde fluyen la creatividad
Las primeras calles donde los vehículos eléctricos van cargando sus baterías mientras se desplazan, es una de las más nuevas propuestas, pero también creaciones como el sistema de riego por goteo, utilizado en muchos países del mundo, desde hace años o la memoria USB, hacen parte del inventario de genialidades nacidas de la innovación.
Tomar el aire y convertirlo en agua fría o caliente o una microcámara que es capaz de leer textos de libros, periódicos, revistas, cartelerias, etiquetas, señales de tránsito o lo que se le ponga enfrente, fueron dos de las que más llamaron la atención durante el recorrido, por lo práctico y útil que podrían resultar para las personas o sus comunidades.
Watergen, el sistema que genera agua a partir de la succión del aire, al que le fueron colocados paneles solares, para poder servir como fuente de agua en zonas desérticas y alejadas de áreas urbanas, fue presentado durante una reunión de la Organización de las Naciones Unidas en el 2015, generando todo tipo ofertas para la adquisición de la patente.
Un milagro llamado OrCam
El otro dispositivo que está en condiciones de mejorar y realizar un cambio sustancial en la calidad de vida de las personas con dificultades visuales, incluso para quienes sufren de ceguera, es OrCam, una microcámara que, además de leer todo lo que se ponga en frente, tiene niveles de funcionalidades que incluyen reconocimiento de colores, de billetes e incluso es capaz de identificar a las personas por su rostro.
No solo está dirigido a personas con problemas visuales, la principal motivación para los creadores de esta maravillosa herramienta tecnológica, si no que también puede ser capaz de ayudar a quienes sin tener problemas visuales, sufren con la lectura, como podrían ser personas con dislexia.
Cuando en el 2016 visitamos OrCam Technologics, en la ciudad de Jerusalén, la micrócámara ya estaba siendo comercializada en los Estados Unidos e Israel, ya que los primeros dispositivos creados estaban destinados a los usuarios de habla inglesa y hebrea. Estaba en desarrollo el prototipo para el idioma español, que semanas después sería puesto en circulación.
Hoy OrCam puede ayudar a personas con problemas visuales y de lectura, en más de 20 idiomas y siguen siendo agregadas nuevas funcionalidades como el reconocimiento de códigos de barra, muy útil para personas con discapacidad visual que deseen realizar sus propias compras en tiendas o supermercados.
Señalar con el dedo y listo
“¿Pero cómo sabe Orcam que deseas leer ese texto?”, preguntaba uno de los periodistas al desarrollador hispano-israelí que se encontraba trabajando en el módulo de idioma castellano en aquel entonces. “Muy fácil, solo tienes que indicarle con tu dedo lo que desea que lea y de manera inmediata lo hace”, explicó.
Realizamos la prueba y efectivamente, la microcámara de OrCam, colocada al marco del anteojos, comenzaba a leer en voz alta el texto. Por supuesto que tenía control de volumen y posibilidad de agregar un audífono inhalámbrico para mantener la privacidad del usuario.
Un movimiento de la mano, como mirando a un inexistente reloj colocado en la muñeca, era suficiente para que el dispositivo OrCam dijese la hora. Leía los carteles que se encontraban a cierta distancia y la función de reconocimiento facial era simplemente fantástica.
Solo se debía apuntar la microcámara hacia el rostro de la persona, presionar un botón que era parte del equipamiento, decir el nombre de quien iría a ser agregado a la base de datos y ya. En la siguiente ocasión que OrCam veía a uno de estos rostros cargados en su base de datos, simplemente mencionaba su nombre.
Dispositivo de gran ayuda
El portal web de OrCam lo presenta como un dispositivo discreto (pesa solo 22,5 gramos) que busca aprovechar el potencial de la visión artificial mediante la incorporación de una tecnología pionera en una plataforma portátil capaz de mejorar la vida de las personas, especialmente las que padecen ceguera, con visión limitada o que tienen alguna discapacidad de lectura.
Las nuevas funcionalidades que han sido agregadas a Orcam desde aquel lejano 2016, lo convierte hoy en una herramienta capaz de cambiar la vida, haciendo amigable el entorno a muchas personas que sufren problemas visuales y a la vez se convierte es una solución para quienes tienen de alguna manera, problemas con la lectura.
La lección más importante
Cuando a Shimon Peres le preguntaron cuál era la lección más importante que había aprendido sobre las startups y la innovación, él dijo: “Aprendimos que los tesoros escondidos en nosotros, son mucho más grandes que cualquier cosa que se pueda encontrar en el suelo”.
Peres falleció en Jerusalén, el 28 de setiembre de 2016, el mismo día en que terminábamos aquella maravillosa experiencia que nos llevó a conocer de cerca al milagro de la nación startup, pero afortunadamente tuvimos un pequeño tiempo para estar presente en la ceremonia de despedida de aquel visionario que ayudó a hacer “florecer el desierto”.
Fuente: LaNacion.py
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