El ejército se dispone a reanudar los envíos de ayuda a Gaza en medio de presiones legales y el control de recursos por parte de Hamás. El programa piloto liderado por las FDI tiene como objetivo eludir a los terroristas, sortear los desafíos de la zona de contención y abordar la inminente escasez de alimentos a medida que se intensifica el escrutinio internacional.

Se espera que Israel permita la reanudación de los envíos de ayuda humanitaria a Gaza en cuestión de semanas, y en algunos casos incluso antes, tras una interrupción de cinco semanas en los suministros, según supo Ynet el lunes. El corte comenzó tras el fracaso del alto el fuego y la suspensión de las negociaciones para la segunda fase de un acuerdo de liberación de rehenes.
Durante la última semana, altos funcionarios de las FDI y legisladores han discutido la urgente necesidad de reanudar el suministro de alimentos, combustible y medicinas para evitar violaciones del derecho internacional que podrían implicar a altas figuras militares y políticas, en particular las del Comando Sur de las FDI.
Tras la publicación de este artículo, el portavoz de las FDI declaró: «En respuesta a la publicación de esta mañana sobre la ayuda humanitaria, las FDI operan según las directrices de la cúpula política. Israel no transfiere ni transferirá ninguna ayuda a Hamás».
Durante el alto el fuego de seis semanas, Israel permitió deliberadamente un aumento significativo del flujo de ayuda a Gaza: hasta 600 camiones al día, en comparación con los 150-200 que llegaban durante la guerra. Según cálculos militares, se espera que estas reservas duren solo unas pocas semanas más. Sin embargo, Hamás volvió a confiscar gran parte de la ayuda.
Al mismo tiempo, la legitimidad internacional de Israel para llevar a cabo operaciones a gran escala se ha visto socavada por la muerte de 14 paramédicos el 23 de marzo en Rafah. Según una investigación de las FDI, fuerzas de la Brigada Golani dispararon contra ambulancias de la Media Luna Roja en Tel al-Sultan, zona de combate.
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios afirmó que las víctimas fueron enterradas en una fosa común, mientras que The Guardian citó afirmaciones palestinas de que algunos cuerpos fueron encontrados atados. El incidente generó escrutinio internacional, especialmente tras un video publicado por The New York Times que puso en duda la versión del ejército.
«El reloj humanitario avanza».
La distribución de combustible sigue siendo difícil de supervisar debido a su doble uso. Según informes, Hamás ha acumulado combustible para operaciones en túneles, manteniendo la actividad terrorista y las nóminas mediante la reventa de suministros en toda la Franja.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han intensificado la vigilancia de los dos millones de residentes de Gaza para supervisar la situación humanitaria. Según varias fuentes de seguridad, «aún no hay hambruna ni brote de enfermedades, pero Gaza está a unos 40-50 días de agotar las reservas de alimentos». La semana pasada, se informó que los habitantes de Gaza saquearon almacenes de harina que Hamás había tomado previamente.
Debido a la sensibilidad del asunto, las FDI realizan evaluaciones diarias. El ejército ha detectado una creciente dificultad entre los civiles para obtener alimentos y medicamentos, agravada por las operaciones terrestres en curso, especialmente en Rafah. Se estima que 200.000 residentes han vuelto a huir de sus hogares después de que el ejército restableciera una zona de seguridad entre Jan Yunis y Rafah.
«Con la escalada prevista en Rafah, la situación alimentaria se deteriorará más rápidamente en las zonas donde se reanuden los combates», declararon los oficiales de las FDI. «El reloj humanitario avanza con prisa; tendremos que reanudar la ayuda, incluso sin presión internacional».
Programa piloto de distribución directa bajo control de las FDI
Los oficiales de seguridad señalaron que varias panaderías importantes de Gaza han sufrido recientemente interrupciones operativas, no por escasez de harina, sino por escasez de gas. Esto se debe en gran medida a las nuevas rutas de seguridad israelíes que restringen el acceso, como parte de una estrategia más amplia para probar futuros modelos de distribución de ayuda.
En los próximos meses, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) planean iniciar un programa piloto, probablemente en Rafah, donde los soldados supervisarán la distribución directa de alimentos y medicamentos a la población civil. Esto eludiría a Hamás y se llevaría a cabo en coordinación con organizaciones internacionales de ayuda bajo supervisión militar. El objetivo es debilitar el control de Hamás como gobernante de facto de Gaza y cuestionar su control sobre los recursos.
“Hamás está intentando promover una falsa narrativa de hambruna en Gaza; aún no hemos llegado a ese punto”, declaró una fuente militar. Funcionarios de seguridad continúan verificando informes de grave escasez con contactos locales dentro de la Franja.
El proyecto piloto también podría incluir contratistas privados estadounidenses, a pesar del descontento dentro de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) por una iniciativa similar durante el alto el fuego. En aquel momento, contratistas estadounidenses y soldados egipcios realizaron controles de entrada a los palestinos que regresaban del sur de Gaza. Oficiales superiores afirmaron que el proyecto fracasó, permitiendo que unos 20.000 terroristas de Hamás volvieran a entrar al norte de Gaza sin ser detectados. Las inspecciones de vehículos también se consideraron insuficientes.
“La culpa no es del personal extranjero, sino nuestra: no definimos ni implementamos responsabilidades claras”, declaró un oficial de alto rango. “Si volvemos a colaborar con los estadounidenses, los soldados de las FDI deben mantener una estrecha supervisión”.
Hamás mantiene el control.
Los fiscales militares de alto rango que participaron en las conversaciones aclararon que, según el derecho internacional, Gaza no se considera actualmente un “territorio ocupado” de forma que Israel deba establecer un gobierno militar pleno. Hamás sigue siendo considerado la autoridad gobernante, proporcionando servicios básicos, aunque limitados, en educación, saneamiento, policía y bienestar.
Las FDI enfatizaron que el Tribunal Superior de Israel reafirmó esta interpretación legal la semana pasada. “Cumpliremos con nuestras obligaciones humanitarias”, declaró el ejército. “No hay asedio en Gaza. Donde falten alimentos o medicinas, permitiremos la entrada pasiva de ayuda”.
Los oficiales de las FDI no descartan una pausa en las hostilidades si el gobierno demora en ordenar una reanudación más amplia del combate. El objetivo de los militares ya no es la derrota total de Hamás, sino aplicar presión para avanzar en otra fase de las negociaciones de los rehenes.
Fuente: Ynet- Traducido por UnidosxIsrael
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