La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas teme que las reservas de gas sarín, cloro y mostaza no estén protegidas.

Soldados del Comando del Frente Interno de las FDI participan en un simulacro de derrumbe de un edificio tras un ataque con misiles químicos en Jerusalén el 27 de agosto de 2012.
Los inspectores de armas químicas que trabajan en la Siria post-Assad expresaron su preocupación por la posibilidad de que aún existan más de 100 emplazamientos de armas químicas sin protección en el país.
La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que promueve y verifica el cumplimiento de la Convención sobre las Armas Químicas (CAQ), proporcionó la estimación de emplazamientos no revelados en su intento de acceder a Siria para evaluar lo que queda del programa militar de Bashar al-Assad, según informó The New York Times el domingo.
Según el Times, la cifra de más de 100 emplazamientos químicos es «mucho mayor que cualquier otra que Assad haya reconocido jamás».
Se sospecha que estos emplazamientos han estado involucrados en la investigación, fabricación y almacenamiento de armas químicas. Sin embargo, desde el derrocamiento de Assad en diciembre, no está claro cuántos emplazamientos existen, ni si el gobierno islamista sunita liderado por Ahmed al-Sharaa, respaldado por Turquía, ha logrado asegurarlos. Los expertos en armas químicas temen que terroristas puedan hacerse con estos materiales letales. Según el periódico, los sitios podrían producir gas sarín y cloro, que Assad utilizó infamemente contra combatientes rebeldes y civiles durante la guerra civil que comenzó en 2011. El entonces presidente estadounidense, Barack Obama, describió los ataques como una «línea roja» que no debía cruzarse. A pesar de esta advertencia, no hubo consecuencias para el régimen de Assad.
Oficialmente, Damasco acordó renunciar a sus arsenales de armas químicas en 2013, poco después de que el gobierno fuera acusado de llevar a cabo un ataque cerca de esa ciudad, que dejó cientos de muertos. Sin embargo, se sabía que el régimen de Assad había utilizado armas químicas hasta al menos 2018, y las investigaciones demostraron que seguía «importando precursores químicos esenciales», informó el Times.
Tras la caída de Assad, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), además de destruir la Fuerza Aérea Siria y muchos de los tanques del ejército, llevaron a cabo ataques aéreos generalizados contra varias instalaciones sirias sospechosas de albergar armas químicas, así como los cohetes de largo alcance destinados a lanzarlas.
Fuente: JNS- Traducido por UnidosxIsrael
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