Su hermano Diaz, que era un soldado en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y acababa de completar sus estudios de hebreo, salió a encontrarse con amigos en la discoteca Dolphinarium, en Tel Aviv, el 1 de junio del 2001, sin saber que, poco después, un terrorista suicida haría explotar el lugar
Diaz Nurmanov fue uno de los diecisiete jóvenes que murieron en la discoteca aquella noche, en uno de los peores ataques terroristas en la historia de Israel, adonde el joven inmigrante había llegado solo, dejando su familia en Uzbekistán.
Alrededor de cien personas resultaron heridas por la explosión, cuatro de las cuales murieron poco después a causa de las heridas.
En el caso de Diaz, no había nadie a quien informar de su muerte en el atentado. Fue recién tres días después que toda la familia fue traída de Uzbekistán a Israel para despedirse definitivamente del soldado.
Semyon, el hermano mayor de Diaz, vino con su familia a Israel, recordó un artículo en el website de las FDI en ocasión del vigésimo aniversario del atentado contra la discoteca.
Semyon ya había servido nueve años en el ejército ruso
Para ese momento, Semyon ya había servido en el ejército ruso durante nueve años y «había logrado construir una impresionante carrera militar», destacó el artículo.
«Sin embargo, la repentina muerte de su hermano menor cambió su vida: a la edad la edad de 26 años, Semyon se unió a las FDI y fue enviado a la misma base que su hermano«, Mijvé Alon, en la Galilea, en el norte del país, adonde los nuevos inmigrantes reciben una formación básica.
La nota cuenta que Semyon «sabía cuánto habría significado para Diaz su servicio en el ejército». Por ello, después de completar el curso de entrenamiento básico, comenzó el curso de oficiales, se graduó y se convirtió en comandante en la misma base, donde una placa recuerda a su hermano.
Después de terminar su carrera en las FDI, Semyon se quedó en Israel y formó una familia, que incluye a una hija y un hijo que están cumpliendo ahora su propio turno de servir en las fuerzas armadas.
«Las generaciones más jóvenes tienen que saber que hubo capítulos en nuestra vida como estos», dijo Semyon recordando el atentado que le costó la vida a su hermano.
«Pero seguiremos viviendo, y está en nuestro poder hacer todo lo posible por nuestra familia y por su futuro», resumió el soldado que llegó desde Uzbekistán.
Fuente: IsraelEconomico
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