Los atacantes —uno de los cuales escribió: «Los tres tenemos una fe absoluta en Alá, así que no podemos fallar»— planeaban extorsionar a la víctima, a quien creían rico por ser judío.

Tres hombres musulmanes en Gales agredieron a un productor musical judío-israelí tras atraerlo a una casa aislada en un intento fallido de secuestro. El incidente, según las fuerzas del orden, la fiscalía y el juez, estuvo motivado por el antisemitismo.
Después de que Mohammad Comrie, de 23 años, Faiz Shah, también de 23, y Elijah Ogunnubi-Sime, de 20, se declararan culpables de secuestro, recibieron una pena de prisión de ocho años y un mes.
Eyal Kashti «fue atacado debido a su ascendencia judía», declaró la jueza Catherine Richards, describiendo el incidente como «escalofriante». «Era un productor musical completamente inocente y trabajador, al que usted había identificado como víctima basándose en su comprensión de su riqueza y su ascendencia judía».
El trío habló del ataque en un grupo de Telegram, que incluía planes para extorsionar a la víctima, a quien creían rico por ser judío.
En un mensaje compartido con el tribunal, un atacante escribió: «Los tres tenemos una fe absoluta en Alá, así que no podemos fallar».
Se hicieron pasar por representantes de Polydor Records para atraer a Kashti a una cabaña aislada y allí lo atacaron, dejándolo con los párpados magullados, un corte en la cabeza, la nariz hinchada y hematomas en la espalda y las piernas.
Tras el asalto, los tres secuestradores ataron a Kashti a un radiador y lo amenazaron de muerte si intentaba escapar. Kashti finalmente logró liberarse de las ataduras y huir de la cabaña.
El fiscal Craig Jones declaró: «Había una clara motivación política y religiosa. En las conversaciones entre los acusados, se menciona su asistencia a marchas proisraelíes en Londres, y uno de ellos dijo: ‘Sé que este tipo está involucrado en los asentamientos de Cisjordania, usurpando tierras palestinas'».
Kashti declaró: «Como israelí, este incidente fue como mi propio 7 de octubre.
Me patearon la cabeza varias veces, me esposaron a un radiador y me obligaron a tumbarme en el suelo. Me amenazaron y me dijeron que si intentaba escapar, me matarían. El terrible atentado del 7 de octubre me pasaba por la mente mientras yacía inmovilizado en el suelo, esposado».
«No puedo negar el fuerte y devastador impacto que este brutal e innecesario ataque ha tenido en mi vida», añadió.
Fuente: i24News- Traducido por UnidosxIsrael
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