Recordemos cómo los desarrollos israelíes ayudan a luchar contra el cambio climático y la polución en el mundo.
He aquí diez formas en que Israel lidera la protección de los valiosos recursos del planeta.
Plantar árboles
Los árboles y otras plantas absorben dióxido de carbono y otros gases dañinos y liberan oxígeno en la atmósfera. Se estima que cada acre de bosque provee cada día suficiente oxígeno para 18 personas. Un acre de bosque también absorbe durante el curso de un año una cantidad de dióxido de carbono equivalente a un auto típico que viaja 42.000 kilómetros. Queda claro que los árboles son esenciales para el bienestar de la Tierra. Sin embargo, en la mayor parte del mundo la deforestación es un grave problema: cada año se cortan más de 15 mil millones de árboles.
Israel es la excepción. De hecho, Israel es virtualmente el único país del mundo que experimentó un incremento en la cantidad de árboles durante el siglo XX. Desde el establecimiento del estado en 1948, se han plantado en Israel aproximadamente 240 millones de árboles. El servicio forestal de Israel, el Keren Kaiemet LeIsrael (KKL) dirige alrededor del 8% de la tierra en el estado judío, plantando árboles y creando parques y bosques por todo el país.
Pionero mundial en reciclaje de agua
El Instituto de Recursos Mundiales estima que actualmente 37 países sufren un «estrés hídrico extremadamente elevado», lo que significa que anualmente se usa más del 80% del agua disponible, «dejando a los negocios, granjas y comunidades vulnerables a la escasez». Los Estados Unidos experimentan un nivel medio de estrés hídrico, utilizando cada año aproximadamente la mitad del agua disponible. Con una población en crecimiento, este nivel de uso del agua es insostenible. Israel es un líder mundial en el reciclaje de agua y comparte su conocimiento con el mundo.
«En el campo hídrico, Israel cuenta con el sistema más avanzado y eficiente del mundo», señaló el periódico The Hindu, al informar sobre un gran acuerdo en el 2017 entre India e Israel para exportar las prácticas de reciclaje israelí a la India y a otros países. En Israel, un 95% de las aguas residuales son recicladas para usarlas en la agricultura. España ocupa el siguiente lugar, pero está un 17% por debajo del estado judío.
Cada año, Israel exporta más de 2 mil millones de dólares en tecnología hídrica e innovación científica a otros países, y la cifra crece rápidamente. Además, Israel usa su propio nivel elevado de reciclaje de agua para ayudar a las regiones vecinas, exportando agua a los territorios palestinos y al reino de Jordania; así como miles de millones de dólares cada año en cultivos que requieren mucha agua, como pimientos, tomates y melones, cultivados en el clima árido semidesértico de Israel utilizando agua reciclada.
Una alternativa al plástico
En el 2010, dos madres israelíes, Dafna Nissenbaum y Tal Neuman, decidieron crear una alternativa al plástico. El resultado fue Tipa, una compañía israelí que produce envases flexibles y degradables. «Los envases de plástico deberían reaccionar como los envases naturales, por ejemplo como la cáscara de una naranja», explica Merav Koren, vicepresidenta de márketing de Tipa. «Cuando se deshecha, el 100% de la cáscara de la naranja vuelve a la naturaleza». Así es como funcionan los empaques de Tipa, proporcionando una alternativa degradable y respetuosa del medioambiente en los envases que se están poniendo de moda en todo el mundo.
Las fábricas europeas adoptaron la alternativa israelí al plástico. EkoPlaza, el minorista de Holanda, usa material Tipa para más del 40% de sus productos que no llegan en empaques plásticos. Diseñadores de moda de alto nivel como Stella McCartney y Pangaia también usan empaques Tipa, ayudando a alejar a los consumidores de desechos plásticos.
Riego por goteo
En la década de 1950, un agrónomo israelí llamado Simja Blass hizo un gran descubrimiento. Él colocó mangueras de riego junto a las hileras de los cultivos en el desierto de Israel en el kibutz Hatzerim, y abrió pequeños agujeros en la manguera al lado de cada planta. Al hacer correr el agua por las mangueras obtuvo cultivos con mucha menos agua que la necesaria en los métodos de riego convencionales.
El riego por goteo, como se dio a conocer el invento de Blass, fue desarrollado por las compañías israelíes Netafim, Plastro y NaanDan, y constantemente fue mejorando y adaptándose a nuevas formas de cultivos. El goteo por riego revolucionó la agricultura a nivel global, permitiendo a los granjeros incrementar las ganancias usando mucha menos agua. Hoy, las técnicas de vanguardia de riego por goteo son compartidas con decenas de países de todo el mundo a través de MASHAV, el centro de cooperación internacional de Israel.
Beber agua del mar
Cuando la sequía amenaza a gran parte del mundo, desde Australia a California y al Medio Oriente, Israel muestra la forma de encontrar nuevas fuentes de agua pura, incluyendo el reciclaje de agua de mar para beber y para el riego. El Mediterráneo Oriental enfrenta su peor sequía en 900 años, pero Israel tiene un excedente de agua gracias a la conservación, el reciclaje y la desalinización. La planta de desalinización de Sorek, cerca de Tel Aviv, es la mayor planta de ósmosis inversa del mundo y marca el camino a seguir en lo que respecta a la tecnología hídrica.
Tradicionalmente, obtener agua del mar se consideró como el último recurso: el agua salada se hace pasar por coladores microscópicos para extraer la sal, pero estas pequeñas aberturas pueden obstruirse rápidamente por microorganismos, por lo que requieren una limpieza costosa y con fuertes químicos. En los últimos años, los científicos israelíes encontraron una forma de usar filtros y otros mecanismos para destapar los poros, haciendo que el proceso de eliminación de la sal y otras impurezas del agua de mar sea mucho más sencillo y menos costoso. Israel recibe ahora el 55% de su agua del mar, y exporta su tecnología y su experiencia a otros países.
En el año 2016, al enfrentar sequías e incendios sin precedentes en California, el gobierno de Obama acudió por ayuda a un país extrajero, Israel, estableciendo una incubadora de tecnología de limpieza en Los Ángeles, convocando a diez empresas israelíes para ayudar a buscar soluciones a la falta de agua y otras crisis ambientales. IDE, la empresa israelí detrás de tres de las plantas desalinizadoras de Israel, brindó la tecnología para la mayor planta desalinizadora de los Estados Unidos, en Carlsbad, California. La planta proporciona 190 millones de litros de agua al día para los residentes del sur de California.
Energía solar
En los últimos años, las ambiciosas plantas de energía solar alteraron el escenario energético de Israel. En el 2018 el país obtuvo más del 13% de su energía de paneles solares (versus el 1,6% en los Estados Unidos). Todavía más impactante que la creciente dependencia de Israel de las fuentes de energía renovable, es el enorme rol que desempeña el estado judío para permitir que la energía solar esté a disposición y sea práctica en todo el mundo. Los científicos del Tejnión, el Instituto de Tecnología en Haifa, mejoraron la eficiencia energética de las células fotovoltaicas en los paneles solares, volviéndolas hasta un 70% más eficientes y ayudando a que la energía solar se convierta en una fuente eficiente de energía limpia a nivel mundial.
Reducir el desperdicio de alimentos
Muchos agricultores del mundo guardan sus cultivos en bolsas de arpillera, pero estas se infestan fácilmente con insectos y en muchos casos la mitad de los cultivos rutinariamente son devorados por insectos y roedores. Anualmente se pierden alrededor de mil trescientos millones de toneladas de alimentos debido a problemas de almacenamiento. En el mundo hay 805 millones de personas desnutridas, y la cantidad de alimento desperdiciado sería suficiente para alimentarlos a todos y eliminar el hambre. Una nueva tecnología israelí llamada Grain Cocoon ocupa las primeras líneas en la lucha contra la pérdida de los cultivos y ayuda a los agricultores a almacenar su producción y reducir el desperdicio de alimentos.
El Grain Cocoon es una bolsa de PVC de alta durabilidad, reutilizable, que puede almacenar entre 5 y 300 toneladas de granos, herméticamente sellada para que no puedan ser dañados por insectos, animales ni por el clima. Desarrollados por el científico israelí Shlomo Navarro, el Grain Cocoon puede usarse con granos, arroz, legumbres y especias, y protege más del 99% de la cosecha. Las bolsas de almacenaje matan a los insectos, por lo que usarlas también ayuda a los agricultores a limitar el uso de pesticidas dañinos. Al almacenar los alimentos de forma segura, las bolsas también les permiten a los agricultores mantener los cultivos hasta que los precios suben, ayudando a erradicar la pobreza rural.
Los Grain Cocoons son usados ampliamente. Los agricultores de más de cien de los países más pobres usan el invento israelí, incluyendo agricultores de las naciones árabes que se niegan a reconocer al estado judío. Las agencias de ayuda a menudo son los mejores clientes de Grain Cocoon, y difunden la voz respecto a que una forma segura y accesible de eliminar el desperdicio de alimentos puede llegar a transformar de forma radical el funcionamiento de las granjas en el mundo.
Agua potable en todas partes
Menos del uno por ciento del agua del mundo se puede beber de forma segura. Cada año, dos mil millones de personas no tienen acceso a agua potable, y alrededor de 1 millón seiscientos mil niños de menos de cinco años mueren cada año por beber agua contaminada. Reconociendo estas terribles estadísticas, en el 2005 Iosi Sandak comenzó a investigar formas de crear purificadores de agua portátiles y efectivos. Junto con el científico israelí Ran Shani, desarrollaron y probaron una pequeña boquilla de 10 gramos de peso que puede colocarse sobre la apertura de una botella y purifica el agua volviéndola segura para beber. Sandak y Shani llamaron a su invento WaterSheer, y en los últimos diez años este ha revolucionado la posibilidad de beber agua potable en todo el mundo.
Cuando Taiwán sufrió un fuerte terremoto en el 2009, los rescatadores israelíes llevaron con ellos WaterSheer, brindando ayuda a los sobrevivientes. «En todas las circunstancias uno necesita agua de alta calidad», explica Iosi Sandak, «y nosotros somos capaces de proveerla incluso en casos de desastres. En Taiwán, a 48 horas de la catástrofe nuestros productos ya estaban en el lugar purificando 16.000 litros de agua por día». WaterSheer también fue usado tras los desastres humanitarios en Myanmar y Haití, y formaron parte de los planes de contingencia en caso de emergencia durante los juegos olímpicos del 2016 en Brasil.
También hay otras tecnologías israelíes que ayudan a asegurar que haya agua potable. La compañía israelí Sulis produce dispositivos de purificación personal: tabletas de purificación de agua que pueden purificar casi cualquier fuente de agua subterránea y volverla segura para beber. Sokol Alert es un sistema de purificación reutilizable desarrollado en Israel que puede tratar 14.000 litros de agua a la vez y guardarla en «almohadillas de agua» que pueden cargarse en plataformas de camiones para llevarla a sitios donde falta agua potable. Los contenedores de agua Sokol cuentan con grifos que permiten a la población local llenar directamente sus contenedores con agua ya tratada.
Un compromiso a reducir las huellas de carbono
Israel firmó los Acuerdos Climáticos de París y en el 2016 se embarcó en un ambicioso plan para reducir drásticamente la huella de carbono del país, apuntando a llegar en el año 2030 a una reducción del 26% de los niveles del 2005. Esto es el equivalente a impedir la emisión de 7,7 toneladas de dióxido de carbono. Con el compromiso de dedicar al proyecto 800 millones de shekels (alrededor de 225 millones de dólares), el entonces ministro de economía Moshé Kahlon, explicó: «Tenemos la intención de continuar invirtiendo en recursos tanto como sea necesario para reducir todavía más la contaminación del aire y la emisión de gases que provocan el efecto invernadero». Los economistas estimaron que comprometerse a reducir las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero, un factor significativo para el cambio climático, impulsaría la economía de Israel en 8 mil millones de dólares.
A nivel mundial, la producción de carbono de Israel es casi nula. A pesar de eso, el estado judío tiene el objetivo de mejorar la situación. En el 2018, Israel anunció una importante iniciativa para impulsar el gasto público en infraestructuras públicas, incluyendo los trenes y otras formas de transporte público con bajo nivel de contaminación. Se está extendiendo el sistema de tren ligero de Jerusalem y está previsto que Tel Aviv cuente con su primer sistema de subterráneo. También se inauguró una conexión ferroviaria entre Jerusalem y el Aeropuerto Internacional Ben Gurión, y hay planes para conectar otras ciudades a través de trenes de alta velocidad.
Criar peces en el desierto
La pesca excesiva es una gran amenaza para el suministro global de alimentos. Un tercio de todas las especies de peces del mundo están amenazadas por la pesca excesiva. Muchos países recurren a granjas de peces o piscifactorías para criar peces, pero esto presenta sus propios problemas; los criaderos de peces generalmente producen enormes cantidades de desechos de nitrógeno, lo que a su vez requiere esfuerzos descontaminantes para su limpieza. Dado que las piscifactorías suelen estar ubicadas cerca de la costa, en aguas poco profundas, la contaminación por nitrógeno envenena las vías fluviales, propaga los contaminantes y mata a los peces. Por este motivo, en muchas regiones la piscicultura está prohibida.
Pero la nueva tecnología israelí está cambiando esa realidad. GFA, el sistema avanzado para peces de agua dulce y de agua salada, es un pionero en formas de purificar el agua de las piscifactorías, eliminando la acumulación y el escape de nitrógeno. GFA (que significa Grow Fish Anywhere, criar peces en cualquier parte), creó peceras que usan microbios para tratar el nitrógeno y los desechos orgánicos en un «sistema de descarga cero». Los peces crecen en estanques autónomos especialmente diseñados que se pueden colocar en cualquier lugar y sólo hay que agregar agua para compensar la evaporación. «Es el sistema de cultivo de peces más eficiente posible», explicó el director ejecutivo Dotan Bar-Noy. «No hay contaminación y no hay necesidad de pescar en el mar. Simplemente se instalan tanques con tecnología GFA en cualquier parte del mundo y se recogen los peces cuando uno está listo para salir al mercado».
La tecnología de cultivo de peces israelí ha transformado algunas regiones del África. En el 2012, los gobiernos de Israel y Kenia firmaron un acuerdo para llevar la tecnología de cultivo de peces de Israel a la región del Lago Victoria, donde la pesca y la polución devastó la población de peces. En el 2017, Israel comenzó a exportar la tecnología de cultivo de peces a Liberia, ayudando a los agricultores a volverse productores independientes de peces sin la mínima polución.
«A medida que la población crece, más países consideran el pescado como una fuente de proteínas», explicó Bar-Noy. «Pero la pesca excesiva amenaza con destruir ese sueño… (con la tecnología israelí), los peces pueden crecer en cualquier parte, incluso en el desierto, con mínimo impacto ambiental. Esto es más que criar peces. Es algo que puede ayudar a alimentar a millones de personas».
David Ben Gurión, el primer Primer Ministro de Israel, dijo: «La energía que contiene la naturaleza, la tierra y sus aguas, el átomo y la luz del sol, no nos servirá de nada si no activamos la energía vital más valiosa; la energía moral-espiritual inherente a la humanidad, en los recovecos más internos de nuestro ser, en nuestra alma misteriosa, intransigente, insondable e inspirada por la Divinidad». Hoy, a medida que Israel crece de acuerdo con la visión de Ben Gurión, los científicos israelíes ayudan a que el planeta esté más limpio y a que todos tomemos más consciencia sobre el medio ambiente.
Fuente: AishLatino
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